Democracias podridas – Opinión de Álvaro Royo desde Xiamen

Por Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- Corría el año 2004 y estaba asistiendo a clases de mandarín en la universidad de Xiamen, un claustro gigantesco donde asisten ciudadanos de todas partes del mundo a estudiar todo tipo de profesiones, desde idiomas o medicina, pasando por especializaciones, post grados, doctorados etc.

El asunto es que estábamos un grupo hablando de política y luego de un rato un indio de nueva Delhi sacó pecho y nos dijo “India es la democracia más grande del mundo y por lo grande y lo compleja somos un ejemplo a seguir”. ¡Punto!

De que es la democracia más grande no había la menor duda, un país como ese con más de 1000 (mil) millones de personas, el segundo más populoso luego de China (que no es democracia), pero mirando las tremendas desigualdades que existen allí, desde luego que no es un ejemplo a seguir.

Y no es un ejemplo a seguir porque las elecciones en India y las donaciones a las campañas por parte de personas naturales y empresas están reguladas por un sistema de bonos en los cuales el individuo que quiera aportar a determinada campaña solo tiene que ir al banco central y depositar el dinero sin tener la obligación de reportar su nombre o el de la empresa, luego del depósito se le entrega un bono electoral por ese valor y este representa cash para la campaña que lo reciba, así en las elecciones en este país, se gasta mucho más de lo que se gastaron Donald Trump y Hilary Clinton juntos en las pasadas elecciones presidenciales norteamericanas.

Un sistema perfecto para lavar dineros producto de la corrupción, narcotráfico y el crimen.

Y allí están los resultados, desigualdad, hambre y carencia de todos los servicios básicos a los que un ser humano mínimamente puede aspirar para llevar una vida digna.

Estas campañas electorales están secuestradas por mafias que controlan el flujo de dinero que en épocas pre electorales se utiliza para comprar drogas, alcohol, organizar fiestas populares, transportar al elector y repartir migajas entre el pueblo hambriento y sediento.

Si en el futbol hay técnicos verticales que muestran resultados sin la tenencia de la pelota y salta la pregunta ¿el balón para qué?

Aquí uno se hace la misma pregunta, porque puedes votar pero manipulado por las miserias de los que te gobiernan, entonces se hace uno la misma pregunta, así ¿democracia para qué?

Cambiando de país, en Tailandia, que las elecciones están también capturadas por empresas mafiosas electorales y donde la corrupción es un problema gigante, hace unos años surgió un movimiento que pretendía reformar el sistema democrático de la siguiente manera con el fin de no dejar todo tan fácil a esas mafias que secuestran democracias y hunden en la miseria a los países donde se instalan.

Proponían dividir la elección en tres partes, 33.3% valía la votación del electorado, 33.3% valía el voto de una comisión de notables conformada por intelectuales y la academia, gente respetable sin ningún tipo de pasado oscuro y sin ningún tipo de filiación política, que estudiaban la hoja de vida de los candidatos y daban su voto por los que consideraban más idóneos, y el ultimo 33.3% el voto del Rey.

El líder de esta revolución fue asesinado a plena luz del día por un francotirador de las fuerzas militares con un tiro en el corazón, fuerzas militares estas afines a esa clase política corrupta.

Que nada cambie, que todo siga igual.

Es que tener democracia, pero que esta esté secuestrada por mafias electoreras que luego se cobran desviando los recursos públicos, es como tener un Ferrari en la puerta de tu casa pero sin motor, y además tienes que pagar las cuotas mensuales. El desastre es total.

Se parecen mucho las democracias que tenemos en India, Tailandia y Colombia, sus resultados tan pero tan parecidos muestran similitudes no solo en su accionar turbio, desagradable y mal oliente que creo que sus únicas diferencias serian el idioma de cada país, por lo demás son una vergüenza, nada que mostrar y sí mucho por cambiar.

Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y como mucho gusto les responderé.

 

¡Un abrazo!

Álvaro Royo Bárcenas

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