Análisis de John Zamora (Director Revista Zetta).- La divulgación de audios por parte de Vicky Dávila en su programa en La WRadio, con el corresponsal en Cartagena, Antonio Canchila, y que ha desatado todo un huracán político, tiene un nombre: periodismo.
No todos los días llega a la redacción de un medio todo un arsenal de grabaciones con un contenido tan explosivo, y con las voces de personas con relevancia política especial como la que tienen los políticos en la convulsionada vida de Cartagena y Bolívar.
Escucharlos, analizarlos, procesarlos, transcribirlos e investigar el contexto en el que se desenvuelven, ha sido labor de alta química periodística, para luego darlos a conocer en dos sesiones apasionantes para la audiencia, mucho más que la Casa de Papel, la exitosa serie española de Netflix.
De seguro hay más grabaciones en el tintero, y muy probable hallan llegado nuevas de otras fuentes, que estaremos atentos a su divulgación.
El principal personaje es el médico y excongresista Vicente Blel Saad, a quien Canchila tiene etiquetado ante la audiencia como un “parapolítico que tiene curul en cuerpo ajeno con su hija la senadora Nadia Blel”. Hay otros personajes secundarios, aunque no menos altisonantes en el contenido de sus audios.
Aunque no protagonizan de viva voz los audios, pero sí son mencionados, hay otros personajes que son figuras de primer orden de nuestra política actual: el presidente del Senado, Lidio García; el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, y los jefes políticos como Juan José García y Daira Galvis, y entidades como Aguas de Bolívar.
¿Qué escuchamos? La descripción de métodos de hacer política y de vincularlos al presupuesto estatal, no sin un gran toque de jactancia, en lo que Vichy ha calificado como un altísimo ejemplo de verdadera corrupción y de la manera como se “ferian” a Cartagena y Bolívar.
¿Cuál es el tema? La corrupción en torno al gobierno departamental y la estructuración de la campaña a la Gobernación de Bolívar de Vicentico Blel Scaff, hijo de Blel Saad y hermano de la senadora Nadia.
¿Qué efectos hay? Devastadores. Como el huracán Dorian en Bahamas, cuyo daño fue descomunal porque se estacionó con su nivel 5 de destrucción sobre la isla. Mientras el «huracán Vicky» siga estacionado sobre el tema, junto con otros medios y la opinión pública, seguirán soplando vientos huracanados sobre la clase política local.
El primer damnificado fue el gerente de Aguas de Bolívar, Miguel Torres Scaff, un actor de reparto en esta trama, quien renunció al cargo.
Damnificado es el gobernador Dumek Turbay. Su capital de imagen resulta aminorado, pues este caso riñe con el esplendor de los casi cuatro años del “Bolívar Sí Avanza y gobierno de resultados”. A tres meses de finalizar su mandato tiene el sol a cuestas, y está menguado su capital político, y deberá batirse a fondo para dar las explicaciones que soliciten la Procuraduría, la Contraloría y Fiscalía, cuya presencia él mismo pidió.
Damnificado es Vicentico Blel Scaff y su indiscutible ventaja y primera opción como próximo gobernador de Bolívar.
Cuando todo marchaba tan bien, pero tan bien, viene esto. Los principales grupos políticos, los que ponen los votos, están con él, pero hay grietas.
La primera es la salida –por lo menos de boca- del Centro Democrático. Se pronunció la directora Nubia Stella Martínez, aunque hemos extrañado los trinos del senador Fernando Nicolás, quien anda concentrado en defender al senador Uribe.
La segunda es la relación con un socio de primer orden como el jefe liberal Lidio García, quien tildó a su papá de mitómano, calificativo no expuesto antes, incluso cuando se perfeccionaron los acuerdos políticos.
Cuando aparecen dos grietas hay que ver cómo anda el resto de la pared, es decir, revisar los relaciones con los otros socios.
Estas grietas son subsanables en el contexto de las relaciones de los partidos políticos, pero el principal agrietamiento es el de la imagen de su campaña ante la opinión pública. ¿El electorado que conducta asumirá?
Pero los socios tienen otros escenarios para mirar: confirmar su presencia en la alianza, o migrar a otra opción. ¿Hernando Padauí? Muy difícil. Padauí buscó lo mismo que Blel y no lo consiguió, y salió tirando la puerta, acuñando el “soy libre para gobernar” y haciéndoles el feo. ¿Luis Daniel Vargas?… como dijo su exjefe político Horacio Sera, “me suena, me suena”. Pero esos son fuegos artificiales.
Vicentico está abocado a dar una muestra clara de perrenque en esta adversidad. De la forma como capotee este temporal se podrán sacar conclusiones respecto a su eventual mandato departamental. Una cosa es un relación con su padre, que siempre ha sido muy afectiva, y otra cosa es el ejercicio de la política. Deberá tomar distancia, pues no hay nadie que pueda caminar con semejante piano al hombro.
Serán 30 días finales de campaña en máxima alerta para toda la clase política, pues este episodio está íntimamente ligado al proceso para Alcaldía. Los cuestionamientos se extienden a William García y Yolanda Wong, cuyas organizaciones respaldan a Blel para Gobernación.
Puede pasar de todo, y puede que no pase nada.
Entre tanto, no me llamen a medio día que estaré atento a escuchar a Dávila y Canchila en La WRadio, haciendo periodismo.