Análisis de John Zamora (Director de Revista Zetta).- Entre la guerra sucia desatada con ferocidad y la oposición política acrecentada con tenacidad, viviremos una recta final de la campaña a la Alcaldía de infarto donde el objetivo es sacar del tinglado a las dos candidaturas que han estado en punta: William García y Yolanda Wong.
Sobre la guerra sucia, es mucho lo que circula en las redes y poco lo que hay que decir. Es una cloaca. Ejemplo más reciente es el falso comunicado donde se le retiraba el aval a García Tirado, algo tan burdo como estúpido.
Sobre la oposición política, es explicable. Desde luego, el espectro político se reparte las apreciaciones e intereses, y todos tienen el derecho de estar de acuerdo o en contra. Otro asunto es cómo se asume esa adversidad, si con la grandeza de las propuestas y la búsqueda del respaldo popular, o por el atajo de la eliminación jurídica del oponente.
Ah… casi dejo de lado una fórmula cándida e ingenua “made in” Consejo Gremial de Bolívar: que retiren sus candidaturas… sí, cómo no, Doña Vero.
Yolanda Wong tiene campos de batalla en simultánea, pues tiene cita con la Fiscalía, y está atenta al desenlace de la solicitud de anularle su candidatura.
Si la sacan de la carrera por la Alcaldía, el más perjudicado será –qué ironía- William García Tirado. Mejor dicho, a WGT le conviene la vigencia de la candidatura de YW, pues si queda solo, todos los ataques serán para él.
Ante tanto ataque, García Tirado conformó un equipo élite jurídico para defenderse en lo penal, lo disciplinario, lo electoral, y hasta le tocará contratar asesores en derecho aduanero, aeronáutico o minero, pues por todo lado le están buscando la caída.
Las “ías” tienen que pararse firme y ser serias. No porque a los blanquitos de Cartagena no les guste Wong o García, hay que complacerlos, y hacerle el juego de intervenir en política, o interferir la contienda.
Si Wong y García han cometido faltas, desde luego que las “ías” tienen que actuar, pero lo ridículo es apostarle al fracaso de los favoritos para ganar por “forfait”.
No obstante, el riesgo está ahí. Si hemos tenido 11 alcaldes en ocho años, ¿por qué no tener dos candidatos eliminados en menos de 30 días?
Es un escenario probable, donde habría tres caminos lógicos: voto en blanco, que tiene su propia fanaticada, Fernando Araújo Perdomo y Sergio Londoño Zurek, quienes están haciendo una campaña frentera, y también son víctimas de los ataques de los “cuartos oscuros”.
Araújo y Londoño serían los candidatos de mayor entidad política para capitalizar esas ausencias, y no tienen que pedirle permiso a nadie, ni a los gremios, ni a sus satélites en grupos cívicos.
Esta semana será de alta tensión. Unos queriendo “joder” y otros a no dejarse. Están en la mira.