Por Andrés Betancourt (Especial para Revista Zetta).- Desde las elecciones atípicas de 2005 no había visto una contienda llena de tanta incertidumbre democrática frente a la decisión de elegir el próximo alcalde o alcaldesa de Cartagena; no es para menos, la clase política concentrada en dos candidatos y la ciudadanía cruzando los dedos para lograr una decisión sensata e independiente de unidad, que como todos saben no fue posible, por razones políticas, ideológicas y de carácter.
Muchos han salido a promover el voto en blanco, el segundo en las encuestas con un 17%; por convicción u oportunismo. Un voto que como siempre no logrará nada diferente a sentar una protesta sin acción, porque jamás habrá una nueva elección.
Aunque cantada la victoria de la clase política con un candidato preso y mudo de sus decisiones, debemos impedir la posibilidad de ganar el Concejo a quien también representa el dominio esclavo de las acciones cómplices de gobierno; harán el 1 y 2 de las elecciones.
Entonces se hace imperativo que los candidatos que están cerca de lograr un segundo lugar para ser concejales, alcancen esa posibilidad. Por eso no debemos votar en blanco, por el contrario arrebatarle la oposición en el Concejo a quien seguramente no la va a ejercer, evitemos un Yo-con-Yo democrático, definido y concertado.
Por primera vez se estrenará la reforma electoral en las regionales, brindando la posibilidad de quien quede de segundo en las elecciones, sea concejal o diputado, apliquemos la ley; votemos por quien consideremos sea capaz de ejercer la oposición con altura y eficacia, será un cargo tan o más importante que los mismos mandatarios elegidos.
Advertencias y dudas.
- – Arrebatarle el segundo lugar a la politiquería y no votemos en blanco a la alcaldía de Cartagena.
- – Será que quien quede de segundo en la elección a Gobernación es capaz de ejercer la oposición o tocará votar en blanco.
- – Candidatos cobardes quienes no han sido capaces de ir a los debates.
Andres Betancourt Gonzalez.
Consultor de Gobierno