Por John Zamora (Director Revista Zetta).- Los expertos recomendaban darse a conocer primero para luego ir por los votos. Así hizo Guillermo Paniza. Se metió a reportero de televisión, medió en una docena de problemas comunitarios y ¡zaz! Al rato ganó la Alcaldía de Cartagena.
Entonces la premisa es darse a conocer. Nadie vota por quien no conoce… hasta que llegó William Dau.
Hastiados de los alcaldes y concejales presos o suspendidos, de las pechugas de $40 mil o los hospitales inconclusos, los cartageneros votaron contra la corrupción. Antes que la desigualdad, el desempleo o la inseguridad, la lucha contra la corrupción ocupó la prioridad en la escala del electorado, y quien supo venderse en ese acápite fue William Dau.
Un día después de elegido, todos salieron a preguntar quién era ese man. En las cadenas de WhatsApp circuló una biografía no autorizada pero con carácter de elegía, donde se hablaba de su trayectoria como abogado en el sector privado, su lucha contra los malandrines, su asilo en EEUU y su regreso triunfal a Cartagena. Con eso medio nos aproximamos a su personalidad.
Desde el 27 de octubre han pasado tres semanas y apenas estamos descubriendo quién es William Dau, y todo parece indicar que estamos frente a un caso típico y estresante de personalidad en pico y placa.
Aún con el ramo de olivo en la frente, llegó a los escrutinios y rompió en coraje: “hijueputa malandrín de William García Tirado”, dijo alterado en los micrófonos de una emisora, agregando que su enemiga Daira Galvis se había reunido con un alto funcionario de la Registraduría para arrebatarle el triunfo en las urnas. Al día siguiente se disculpó por escrito con la Senadora, y se excusó por su lenguaje soez. Ajá, hay que entenderlo, apenas lo estamos conociendo.
No hubo medio de comunicación serio donde no ponderáramos su triunfo, pero Dau salió a decir que los periodistas de Cartagena somos de “estómago”, que el corresponsal de El Tiempo, John Montaño, sufre de ese mal, y que El Universal ha sido pusilánime frente a la corrupción. Al día siguiente se disculpó y aclaró que ET y EU son ejemplares. Ajá, hay que entenderlo, apenas los estamos conociendo.
Comenzó el empalme y los primeros en sentarse en el aula de la ESAP fueron insignes “mariamulatos” y del Centro Democrático. ¿No dizque los políticos no estaban detrás de su triunfo? Pues no. Están a título personal. Recordemos que no se reciben malandrines. Ajá, hay que entenderlo, apenas lo estamos conociendo.
En los comités de empalme hemos visto a varios personajes que ostentan en su hoja de vida insignes y sucesivos contratos de OPS con varias administraciones. ¿No dizque las OPS son propias de malandrines y hay que acabarlas? Pues no, solo las innecesarias y las que tienen sello Cáceres, Blel, Montes, García, Turbay. ¡Ah, bueno saberlo! Ajá, hay que entenderlo, apenas lo estamos conociendo.
Dos o tres críticas destempladas de algunotro periodista, y enseguida salió el escudero Armando Córdoba a recordar por Twitter que somos de estómago –siguiendo la línea Dau-, y que estamos “entregados a la falsedad, la bellaquería y la ruindad”. Hay que reconocerle que tiene léxico para el insulto. Ante el estupor, publicó otro trino donde aclara que “grande, valiosa y digna labor que hacen la mayoría de periodistas”. Hay que reconocerle que tiene léxico para la disculpa. Ajá, hay que entenderlos, apenas los estamos conociendo.
Al finalizar la semana, William Dau publica un aviso donde convoca a todo el que quiera presentarse para hacer parte del gabinete en cargos de libre nombramiento y remoción. Bacano porque así no se necesita recomendación de los Cáceres, Blel, García, Turbay, Montes para ser secretario. Enseguida publica otro aviso donde promueve un concurso a los mejores tres memes que ridiculicen a William García Tirado, y el premio es una cena con el “Tractor”, como le gusta que le llamen. Todo una antología de la grandeza y humildad en la victoria, y de gallardía ante el adversario derrotado. Ajá, hay que entenderlo, apenas lo estamos conociendo.
Pocas horas atrás designó a Mónica Fadul en el novedoso cargo de “Gerente de Ciudad”, lo que le valió a Dau aplausos por traer al sector público a una mujer de valía, con liderazgo y compromiso. Todavía no se conoce otra designación, pero ojalá no corresponda a esta preocupante tendencia de “pico y placa”, y venga con una decepción. Ajá, hay que entenderlo, apenas lo estamos conociendo.
Todavía no ha llegado el 1 de enero, pero por el desayuno se sabe como será el almuerzo. Ajá, hay que entenderlo, apenas lo estamos conociendo.