“Malandrines”, “cínicos”, “se hacen los pendejos” son adjetivos recientes que el alcalde William Dau le ha lanzado al Concejo de Cartagena, un lenguaje que es diametralmente distinto al empleado por su secretaria general, Diana Martínez, que en la clausura de sesiones de este sábado les invitó a “superar los desencuentros que hemos tenido y a generar una nueva dinámica de relaciones institucionales edificantes y cordiales».
Los desencuentros han sido una constante mucho más notoria si tenemos en cuenta que apenas van dos meses de gobierno.
No hace mucho, el secretario de Participación Ciudadana, Armando Córdoba, hizo un elogio uno a uno de los concejales, y con ese amable lenguaje conjuró el amago de moción de censura por haber dicho que algún concejal pretendió extorsionarlo.
Desde hace una semana la asesora Lidy Ramírez tiene pendiente la continuidad de su vínculo, tras conocerse que no tiene la experiencia suficiente probada, hecho que afloró en un candente debate político que acrecentó la distancia entre Ejecutivo y Concejo.
La bancada del partido Alianza Verde, que es de Gobierno, pidió mesura y formuló un llamado a la administración de William Dau Chamatt, a “dejar de lado todos aquellos elementos distractores que impidan que la ciudad de Cartagena avance por el sendero del progreso y desarrollo”.
En medio de ello, un ambiente atizado por “cuartos oscuros” en redes sociales, que satanizan todo lo que huela a Concejo y ensalzan todo lo que represente Dau.
En este ambiente de “bipolaridad” se ha desenvuelto el clima político de la ciudad en los dos primeros meses del año.
Parece que una cosa es lo que dice Dau y otra lo que expresa su administración, pues mientras algunos funcionarios muestran la bandera blanca, el alcalde exhibe sus fieros colmillos.
Por ahora, toca quedarse con la más reciente intervención, la de la secretaria general Martínez Berrocal, quien clausuró las sesiones del Concejo, así:
No se trata de claudicaciones, ni declaratoria de vencedores, ni vencidos, sino la invitación por parte del ejecutivo a deponer nuestras diferencias y hacer una alianza constructiva por Cartagena, e hizo un llamado a la reflexión, en la que, además, de apaciguar mentes y corazones, privilegie la razón, se dé paso, de manera conjunta a las acciones por la ciudad, sepresenten y aprueben proyectos que generen nuevas realidades en las comunidades, y así transitar con seguridad por los caminos de la transformación social.
«Es inevitable que persistan las diferencias, es imposible implementar fórmulas mágicas para la desaparición de prevenciones mutuas, por la formación y las convicciones que cada quien ha interiorizado, pero lo que no puede resultar imposible es comprender que estamos en la obligación de responder a más de un millón de habitantes», dijo.
Destacó la Secretaria General del Distrito que en esta nueva fase de relaciones debe surtirse una agenda común, con resultados concretos, para lo cual se convocará a extras.