Camino largo o seis meses de ausencia – Recordamos a Juan Camilo Romero

“Las cosas no son como las vemos, sino cómo las recordamos”

Valle – Inclan. Citado por Pablo Muñoz Rojo.

Por Juan José Romero Parra (Especial para Revista Zetta 20 años).- En el abismo de mi soledad, mentiría si digo que te recuerdo. Porque éste ejercicio consiste en volver a traer a nuestra memoria lo acontecido, lo pasado. No te recuerdo por la sencilla razón de tener la certeza que tú sigues vivo en mi pensamiento. Sigues presente. Siempre, siempre.

El actual momento de peste funesta que plantea nuevas formas de vida, de relaciones interpersonales, sociales, económicas y hasta espirituales; ante la zozobra y la amenaza seria e inminente de contagiarnos con el virus, en cada instante, me pregunto: ¿Cuál hubiese sido tu reacción? ¿Cómo tratarías de canalizar tu preocupación por la justicia social y tu compromiso solidario con los desposeídos, marginados y excluidos? ¿Cómo enfrentarías los retos que tienen aquellos que hacen llevaderos sus días, inmersos en las redes sociales? ¿Qué nos causaría más risa: los memes y chistes que surgen cada día? O ¿Todos los que se gastan sus neuronas, inventando tales cosas?

“ Ombe, Juank.”   ‘ ¡Qué daño grande!’-Cómo decías, para cuantificar la magnitud de cualquier cosa o situación imprevista- El hilo de la madeja, con la que se teje el tiempo, va enhebrándose en el ovillo de seis meses. Medio año de ausencia física, que nos ha conducido a la elaboración de un duelo.

“Vamos pa’ lante” –otra frase del lenguaje coloquial que compartimos- No nos detenemos, así podemos sentir tu presencia espiritual. Aquí aparece Dios. Aunque Él está siempre presente, en quienes le hemos permitido que ocupe el primer lugar en nuestras vidas.

Tu partida repentina fue un punto de quiebre, una situación límite que hizo tambalear los cimientos, la estructura existencial de todos tus familiares, amigos y seres queridos.

Sobrevivimos. No ha sido fácil, pero nos sobreponemos a la tragedia desvastadora de seguir avanzando, por los caminos de la vida, sin ti; sabiendo que te tenemos siempre en medio de nosotros, haciendo parte de la Totalidad a la que hemos de pertenecer.

Canta, JUANK. Sigue cantando, cómo cuando nos despertabas, en la media noche de nuestros sueños tempraneros, con aquellas melodías que tenías seleccionadas para deleitar el gusto musical de cada uno de quienes amabas. Desarrollaste esa cualidad de detectar las melodías y canciones que más impactaban a cada uno de tus contertulios, en consecuencia, sabías sorprendernos, en esa continua fiesta que fueron tus días.

“Complacías” –como se dice en Soplaviento, Bolívar- con las canciones que nos han marcado el alma.”

Medio año, tratando de avanzar en este camino largo. “Largo como las penas/ penas que nos hacen daño…” Canción que convertimos en un himno de nuestra vida familiar.  “Vamos pa’ lante”. Ciertamente que no nos hemos  detenido. Tu capacidad de servicio a la comunidad, la Escuela de Liderazgo –para hacer de los niños, jóvenes y adultos, agentes de transformación y promoción comunitaria, social  y personal; la visión de nuevos modelos y escenarios de vivencia enmarcados en la paz, la justicia, la equidad, la solidaridad. Esas semillas,  que esparciste en tu paso por este mundo, están germinando en la tierra fecunda de quienes no claudicaremos en la tarea espiritual de mantener y continuar tu legado.

“Amanece y llega un nuevo día/ mil puñales me parten el alma/

Qué será de la esperanza mía/ por favor devuélveme la calma/

“…Bajo un nuevo cielo/ sembrar una nueva vida/una de esperanza

Dónde pueda ser feliz…”

Nunca. Nunca dejaremos de amarte y quererte como tú lo merecías. Porque sabemos, como me dijiste en el último sueño compartido: siempre trataste de hacer las cosas bien.

Cartagena  9 Abril  2020

JUAN JOSÉ ROMERO PARRA.