¡Los invito a hacer caso! – Opinión de Ana Patricia López

Por Ana Patricia López (Especial para Revista Zetta).- Recuerdo las palabras de mis padres, cuando insistían en la importancia de hacer caso, hoy más que nunca valoro esa enseñanza, y es que el tiempo ha demostrado que solo las comunidades disciplinadas y que cumplieron con las medidas tomados por sus gobernantes, han salido adelante en esta pandemia en mejores condiciones. En este artículo expondré algunas cifras y evidencias que lo soportan.

El panorama es sustancialmente diferente entre los países que decidieron simplemente mitigar y los que decidieron supresión total como los muestran las evidencias de los resultados en reino unido y estados unidos versus china, corea del sur, al igual, de los que hicieron muchas cosas ente mitigar y suprimir, pero en destiempo o en forma poco coordinada como Italia, España, Francia…

Cuando termine este artículo, solo espero haberte motivado a luchar, espero haberte sensibilizado contigo mismo y con tu comunidad, porque si elegimos hacer caso, tal como lo ha expresado Tomas Pueyo en diversos artículos: “La lucha será repentina y luego gradual. Estaremos encerrados durante semanas, no meses. Después, recuperaremos más y más libertades. Puede que no volvamos a la normalidad inmediatamente. Pero lo haremos gradualmente, y eventualmente volveremos a la normalidad y podemos hacer todo sin olvidarnos del resto de la economía.”

No pretendo repetir lo que en diversos medios se ha expresado sobre las funestas cifras que día a día nos reportan, ni mucho menos poner el retrovisor sobre lo que los  gobiernos nacional o local han hecho bien, regular o mal hasta este momento, lo que quiero es llamar la atención  sobre el impacto que las medidas y las acciones que SI se han tomado de manera clara y contundente y que se encuentran plasmadas en decretos y resoluciones que circulan por redes sociales, medios de comunicación, prensa, radio en fin…

Desde mi artículo anterior a la fecha muchas cosas han cambiado, las cifras han cambiado claro que sí, pero sobre todo han cambiado las medidas que los gobiernos han tomado y con ellas la expectativa de unos resultados; Indiscutiblemente no es lo mismo no hacer nada, hacer mitigación o hacer supresión y veamos la diferencia.

Claramente no hacer nada es dejar que el virus siga su evolución natural, muchos se infectan, el sistema de salud colapsa, explota la tasa de letalidad con un porcentaje de infectados del 50% tras el primer periodo de cuarentena, un 20% de morbilidad y lo que es peor una mortalidad del 4%. Lo que implicaría que en nuestra Cuidad tendríamos aproximadamente 500.000 infectados, 250.000 enfermos y 2.050 fallecidos. Esta tasa de letalidad tan alta esta solo relacionada con las muertes directas por coronavirus sin tener en cuenta lo que se conoce como daño colateral que son todas aquellas personas que fallecen porque no encontraron disponibilidad de servicios de salud, porque los mismos se encuentran colapsados atendiendo la pandemia y por tanto la probabilidad de fallecer por un infarto que normalmente es de 15% pasa a ser del 80% por poner un ejemplo.

Tomar solo medidas de mitigación quiere decir que el gobierno nacional y local pondría en una balanza de igual importancia la economía a corto y mediano plazo con el valor de la salud y la vida de sus habitantes; por tanto las medidas de solo mitigación contemplan: Algunas restricciones en grupos de edades de mayor riesgo, aislamiento solo a los casos positivos, y cuarentena voluntaria, lo que permitiría, aplanar la famosa curva para que sea más manejable para el sistema de salud.” Pero lo que realmente sucede es que los cuidados intensivos se colapsarían durante meses, aumentando el daño colateral que ya describí anteladamente, y los resultados serían probablemente 400.000 contagiados, 200.000 enfermos y 1640 fallecidos.

Pero tomar las acciones de supresión, requiere una valoración totalmente diferente, y es que ellas hacen realmente la diferencia entre la vida y la muerte, por eso me detendré en las mismas y precisamente a estas medidas es a las que tenemos que HACER CASOOOOO. Toda vez que si se implementan adecuadamente las cifras cambian sustancialmente y se esperaría que los contagiados fueran 122.000, enfermos 61.000 y fallecidos 492

La estrategia de supresión trata de aplicar medidas duras para controlar rápidamente la epidemia. Específicamente:

  • Ordenar un fuerte distanciamiento social. Poner control y tomar decisiones coherentes con el distanciamiento.
  • Eventualmente, relajar las medidas, de forma que la gente pueda recuperar gradualmente sus libertades y pueda reanudar algo parecido a una vida social y económica normal.

 

Con esto, los diagnósticos irían creciendo por un par de semanas, pero después comenzarían a disminuir. Con menos casos, la tasa de letalidad también comienza a descender. Y el daño colateral también se reduce: habría menos muertes por causas ajenas al coronavirus que no podían ser atendidas simplemente porque el sistema de salud está colapsado. Pero sobre todo ganaríamos tiempo, entenderíamos el problema y tendríamos la oportunidad de aprender de otras experiencias, aciertos y errores. Esto es lo que se conoce como el modelo del martillo y la danza de Tomas Pueyo, que se aprecia en el siguiente gráfico:

 

Muchos se preguntaran, pero bueno, ¿acaso eso no lo que estamos haciendo?

Lastimosamente NO. o al menos no todos!!! y resulta que en los detalles es donde está la diferencia de los resultados que han obtenido comunidades como la de Singapur y Corea el Sur, los cuales se resumen en: pruebas y seguimiento eficiente, prohibición de desplazamientos, aislamiento y cuarentena eficientes, seguridad y garantías al equipo de salud y ampliación de la capacidad instalada de servicios requeridos para la pandemia, con una ciudadanía comprometida con las medidas, eso sí, la falta de cumplimiento fue severamente penalizada en tiempo real.

Es ya conocido por todos que las cifras oficiales no son las correctas en la mayoría de países y Colombia no es la excepción por supuesto que Cartagena tampoco, y la razón es que No están haciendo suficientes tests, ni suficiente seguimiento de casos para poner en cuarentena a toda la gente que pueda estar infectada y por tanto los registros y las estadísticas solo muestran una parte de la realidad.

  • Si las personas son testeadas masivamente, se pueden identificar todos los casos muy pronto, incluso los asintomáticos. Si permanecen en cuarentena, no pueden transmitir nada.
  • Si se educa a la gente para que pueda identificar los síntomas rápidamente, se puede poner en cuarentena mucho antes.
  • Si se aísla a las personas en cuanto exhiben síntomas o en cuanto saben estar infectadas, los contagios disminuyen o desaparecen.
  • Si se educa a las personas para mantener la distancia entre sí, utilizar mascarillas, lavarse las manos o desinfectar los espacios, la propagación del virus será menor en todo el período.
  • Si se penaliza en tiempo real el incumplimiento y no con multas que la mayoría sabe que no pagara la ciudadanía se lo toma en serio.
  • Si se coordinan de manera organizada y eficiente las ayudas humanitarias y no se promueven con ellas las aglomeraciones y las salidas del aislamiento promoviendo las fugas de la cuarentena la propagación del virus será menor
  • Si se mantiene el pie de fuerza, que es el personal de salud con garantías y elementos de bioprotección, unido a una ampliación de la capacidad instalada de servicios se podrá atender a un mayor número de personas y salvar sus vidas.
  • Y lo mejor se gana tiempo.

Hoy el país y la ciudad nos está dando la oportunidad de un segundo periodo de cuarentena, con estas semanas más, podríamos hacer muchos más tests y conocer el verdadero alcance del problema. Eso nos ayudaría a decidir si necesitamos medidas más o menos agresivas, al igual que identificar que comunidades están seguras y pueden volver a la normalidad. Menos casos, mejor comprensión del problema, acumular recursos, entender el virus, entender el costo/beneficio de las diferentes medidas, educar a la población, tener la oportunidad de acceso a nuevos tratamientos y protocolos que se encuentran en investigación, sacar adelante emprendimiento en la producción de ventiladores nacionales mascarillas, tapabocas y demás equipos de limpieza y desinfección de innovación criolla, SALVAR VIDAS¡ QUE PUEDEN SER LA MIA, LA TUYA, LA DE UN SER QUERIDO O CONOCIDO… darle el espacio a las autoridades para actuar programáticamente; Estas son algunas de las herramientas principales para luchar contra el virus, y sólo necesitamos unas pocas semanas para desarrollar muchas de ellas. Pero sobre todo necesitamos que las personas Hagan Caso.

Al hacer un análisis global de las medidas adoptados por los gobiernos a nivel mundial, puedo decir que Colombia hoy, se encuentra a la vanguardia en la región en la legislación adoptada para el manejo de la pandemia, día a día se articulan las medidas y toman decisiones que además los alcaldes como el de Cartagena, a ajustado aún más, conforme a sus facultades y a las condiciones de la ciudad, como la última del pico, placa y género y las anunciadas para el mercado de Bazurto; pero no hay decreto que por sí solo produzca los efectos deseados, no hay normas ni voluntad política, que supere el verdadero poder de lucha contra este enemigo, solo la voluntad de los ciudadanos, por cumplir las normas, la voluntad de hacer el sacrificio correspondiente, de pasar las necesidades y limitaciones que tengamos que pasar,  la voluntad de pensar en el bien colectivo, la voluntad de cada uno de nosotros de atender y cumplir las disposiciones, es lo único que puede cambiar el rumbo de una medida de unas semanas o muchos meses de confinamiento, con un alto costo humano, social, económico y de desarrollo con una diferencia estimada en más de 1.500 vidas salvadas, en una ciudad como Cartagena que tiene todo por hacer y que nos necesita a todos

¡¡HAGAMOS CASO VALE LA PENA!!