Por John Zamora (Director Revista Zetta 20 años).- La visita del Ministro de Salud, Fernando Ruíz, al Puesto de Mando Unificado, resultó frustrante. No pasó nada, no dijo nada, no le exigieron nada que no estuviera ya en camino, no vino a nada.
La visita estuvo precedida de una atmósfera resolutiva, pues el disparo de las cifras de positivo por coronavirus y la creciente indisciplina social, presagiaban que el PMU arrojaría decisiones drásticas y ejemplares sobre el manejo de la emergencia, pero no. Nada de eso. Solo fue más de lo mismo.
Si bien el gobernador Vicente Blel logró la “bendición” para habilitar tres pisos del HUC, esa era una decisión que ya venía en camino, y con el recorrido “in situ” se ratificó, pero no es tan rápido como quisiéramos, porque hay que ir a OCAD y esperar los recursos.
El Ministro se contentó con sacar un repertorio de canciones ya repetidas… “estamos monotireando acciones… Trabajar mas de cerca con las EPS para pruebas… fortaleceremos el HUC…”
Desconcertantes las declaraciones del alcalde William Dau, quen sostuvo en cámara que “Espero que la ciudadanía tenga tranquilidad en que sí tenemos un plan y caminamos en la dirección correcta”… pero lo más inquietante es que -según Dau- “las autoridades nacionales manifestaron su complascencia por las restricciones en Bazurto… Aplaudieron las autoridades las medidas de control al acceso a Pozón y Mandela”.
En conclusión, el Ministro vino, escuchó y aplaudió. No aportó nada, no hizo ninguna observación, no propuso ningún reajuste, todo bien, todo bien… Y entre tanto, en el mundo real ya vamos de a 100 casos positivos diarios, y seguimos con la mayor tasa de mortalidad en el país.
Quienes abrazaron la esperanza que con la visita de las autoridades nacionales al PMU iba a haber un sacudón en el manejo de la pandemia, quedaron vestidos.
No necesitamos un Ministro que gaste gasolina de avión y nos ponga a botar corriente cuando en realidad su visita bien pudo ser atendida por la Corporación de Turismo y registrar su presencia como el primer turista de la reactivación de la industria sin chimenea en Cartagena.