Por César Pión González (Especial para Revista Zetta 20 años).- En el cumplimiento de sus labores, son decenas los miembros del personal médico y afines al servicio los que también se han convertido en pacientes flagelados, no solo por el virus, sino también por la inclemencia, desconocimiento y mala intención por algunas personas a través de las redes sociales en donde el trato agresivo con una frecuencia e intensidad inusitadas, se hace viral destruyendo la honra y colocando en peligro a quienes exponen su vida por salvarnos.
En seguimiento a la infección por COVID-19 en Cartagena, la comisión tercera del Concejo recibió informes este 2 de junio en audiencia pública virtual, de la Dirección del Dadis, Coordinación COVID, Contraloría y Personería distrital, Funcicar, EPS, IPS y ciudadanos. El vocero de las clínicas Medihelp, La Nuestra, Gestión salud, Clínica del Niño, Maternidad Bocagrande, quienes manifestaron su inconformismo, porque siendo los privados poseedores del 82% de la camas de la ciudad, no se han tenido en cuenta sus solicitudes efectuadas al Gobierno nacional, departamental y distrital, con respecto a la situación que están viviendo y que los pone en susceptibilidad de quiebra y desmonte de servicios por la pérdida de los ingresos operacionales en un 30-35% sin que hayan acogido las propuestas y requerimientos.
Sumándose a lo anterior, la ausencia de iniciativa de pagos y pagos por muertes, consideran que el Hospital Universitario al que hay que apoyar, no puede ser el único centro de solución y que a pesar de que el Gobierno nacional le haya entregado algunos ventiladores, el resto de los recursos para adquirirlos podrá sobrepasar los dos meses, etapa crucial e importante que debería tener definida la expansión hospitalaria que han brindado los privados poseedores del 82% de las camas de cuidados intensivos, ellos quienes cargan en el hombro el peso de los infectados no tienen las garantías de los gobiernos, las pruebas COVID no están a tiempo, situación que no permite clasificar un COVID de un sospechoso que puede contagiarse sin estarlo y que siendo negativo puede ocupar por más de 5 días una cama que necesita un real positivo, produciéndose un desaprovechamiento de recursos.
De igual manera, les preocupa la atención poshospitalaria en donde muchos positivos que superan la etapa clínica y son enviados a su casa para aislamiento, podrían contagiar a su familia por hacinamiento y otros se lanzan a la calle por no existir sitio aportado por el distrito para la recuperación de estos pacientes. Concluyen que la ciudad no sigue preparada para disminuir la mortalidad que es inaguantable en el mundo, pero que muchas vidas podrían ellos salvar, con el agravante de ser señalados por el desenlace adverso que la mayor de las veces no es error humano, convirtiéndose así, de héroes sin capa a corazón de villanos.
*Concejal de Cartagena.