«El debate no se enriquece con burlas sino con argumentos. Sería bueno conocer los del señor Dau»: Juan José García Romero

El senador Andrés García Zuccardi radicó un proyecto de ley para proteger a delatores en casos de corrupción, y recibió una fuerte arremetida del alcalde de Cartagena, William Dau, quien le lanzó un ataque personal aludiendo a situaciones personales de sus familiares.

«Mientras García Zuccardi está propiciando una construcción colectiva del proyecto entre sociedad civil, gobierno y academia, el alcalde de Cartagena le lanzó un golpe bajo al considerar que se trata de un chiste por venir del hijo del exsenador Juan José García y la exsenadora Piedad Zuccardi», informó revista Zetta hace una semana (https://revistazetta.com/?p=37621).

El exsenador Juan José García Romero, padre del senador García Zuccardi, contestó los señalamientos del alcalde Dau y dijo que en su caso fue condenado en un proceso de única instancia ante la Corte Suprema, por lo que cursa una demanda ante la CIDH «porque quien me investigó, me acusó, me juzgó y me condenó, fue la misma Sala Penal de  la C.S.J.»

Respecto de su esposa, la enseñadora Piedad Zuccardi, dice que «continúa atendiendo la investigación en la cual se le señala supuestamente de haber asistido a reuniones con paramilitares, cosa muy distinta a la que afirmó el Alcalde Dau».

García Romero expresó que «la difamación se ha vuelto herramienta política para atacar al adversario o contradictor» y citó una frase de Winston Churchil: “Nunca llegarás a tu destino si te detienes a tirar piedras a cada perro que te ladre”.

Esta es la carta de Juan José García Romero:

“Nunca llegarás a tu destino si te detienes a tirar piedras a cada perro que te ladre”, frase  inspiradora del célebre Winston Churchill, ex Primer Ministro del Reino Unido, conocido por su liderazgo durante la Segunda Guerra Mundial, se aplica en su totalidad en el tema que nos ocupa, respecto a la noticia publicada en EL UNIVERSAL el miércoles 30 de septiembre de 2020 donde afirman “Alcalde Dau critica proyecto de ley presentado por el Senador García”, en la cual sin argumentos válidos, descalifica la iniciativa legislativa del Senador Andrés García Zuccardi para combatir la corrupción y darle garantías a los ciudadanos que denuncien estos hechos.

El Alcalde de Cartagena, sin conocerla, descalificó con su publicación en redes sociales, replicada por ese prestigioso diario, una causa noble, anhelada por el pueblo de Colombia como herramienta novedosa y válida en la lucha contra la corrupción, que por su alcance  y objetivos, muy seguramente tendrá muchos enemigos, y que William Dau calificó del  “chiste del año” , por el solo hecho de provenir de un joven Senador de la República que “ahora se convierte en adalid de la transparencia”,   ocasión que utiliza para descalificarlo y hacer señalamientos a sus familiares, sin que el Senador García Zuccardi tenga responsabilidad alguna sobre los mismos.

El debate no se enriquece con burlas sino con argumentos. Sería bueno conocer los del señor Dau, a favor o en contra;  saber qué piensa como ex – veedor y como funcionario público, sobre ese planteamiento y atender sin sesgos ni maledicencias la invitación que ha extendido el  legislador a la ciudadanía para que expongan sus planteamientos sobre ese proyecto.

La propuesta del Senador García Zuccardi de legislar para combatir la corrupción ha sido bien recibida por la mayoría de la opinión que valora positivamente esta cruzada que él emprende, de manera autónoma, por su propia iniciativa y bajo su propia responsabilidad, interpretando el sentimiento de millones de colombianos.

El arte de la difamación se ha vuelto herramienta política para atacar al adversario o contradictor,  que hace carrera, al punto que ha llamado la atención del Papa Francisco, quien se refirió a esta como uno de los cuatro pecados o actitudes malas de las cuales tienen que cuidarse los medios y quienes tienen el acceso a que estos repliquen sus conceptos: la desinformación, la calumnia,  la difamación y la coprofilia; y al referirse a la difamación la describe como mas sutil todavía que la calumnia y afirma que: “…toda persona tiene derecho a la reputación…si vos  … pagaste la cuenta, pagaste la pena, si vos eres una persona libre y sin mancha no te pueden sacar por los medios de comunicación una historia que está superada y bien pagada ya, y bien  resarcida, la difamación traen una mancha de antes y te la traen ahora”  (https://youtube.be/IJXKuZg2SpE)

Tal como la opinión pública conoce, en mi calidad de Senador  y en única instancia, afronté un proceso en la Corte Suprema de Justicia que falló en mi contra, decisión  que acaté,  sin compartirla,  a la cual le di cabal cumplimiento incluyendo la restricción de mi libertad, a pesar de que no tuve derecho a impugnar mi sentencia condenatoria como lo demandan todos los tratados internacionales que ha suscrito Colombia, por lo cual, como muchos aforados, interpuse una demanda contra esa condena que hace curso en la Corte Interamericana de Derechos Humanos C.I.D.H, porque quien me investigó, me acusó, me juzgó y me condenó, fue la misma Sala Penal de  la C.S.J.

Todo lo anterior, a pesar de que hace mas de 20 años, una vez se inició la investigación, consigné  sin responsabilidad, en un depósito judicial a favor del Estado, la suma por la cual se me investigó, sin que se probara que directa o personalmente  manejé recursos públicos. Después de 13 años de investigación cumplí la sentencia condenatoria que me dio derecho a la resocialización, al punto que hoy soy un ciudadano que gozo de derechos civiles y políticos dentro del ordenamiento jurídico.

Por otra parte, si bien es cierto que Piedad Zuccardi de Garcia, como todo ciudadano, goza del  derecho de la presunción de inocencia, ha comparecido ante las distintas instancias judiciales donde con entereza y dignidad sigue defendiendo su inocencia, y continúa atendiendo la investigación en la cual se le señala supuestamente de haber asistido a reuniones con paramilitares, cosa muy distinta a la que afirmó el Alcalde Dau.

El Alcalde William Dau debe cumplir sus funciones, puesto que ya no es veedor; a los cartageneros que depositaron en él su voto de confianza, debe demostrarles que tiene capacidad para gobernar sin exclusiones; probar que tiene la madurez para atender los llamados de los órganos de control  y rendir cuentas de sus actos administrativos, y demostrar con seriedad a quienes no lo apoyamos,   si representa o no “un salto al vacío”, afectando en gran medida el progreso y bienestar de los cartageneros.

Como Calandraco se conoce a un sujeto que habitualmente actúa y procede sin reflexión, alocadamente, con poco juicio, que por su rareza o extravagancia puede mover a la risa: ¿qué vamos a hacer con el CALANDRACO?

Atentamente,

JUAN JOSE GARCIA ROMERO

Cc 17.197.504 de Bogotá