Por John Zamora (Director de Revista Zetta). Cartagena de Indias, 1 de marzo 2021. Luego de 14 meses de interinidad, Cartagena volvió a tener alcalde en propiedad. William Dau se posesionó este lunes 1 de marzo de 2021 como Alcalde de Cartagena, con un mensaje de trabajo y unidad, correspondido por el Concejo Distrital.
Desde la elección de Campo Elías Terán, la ciudad ha vivido en convulsión política e inestabilidad institucional que se creyó superada con la elección legítima de William Dau, pero que naufragó en el océano de la decepción ante la incapacidad del elegido para gobernar y sus sobradas aptitudes para la reyerta.
Esa pugnacidad mantuvo a la ciudad en indeseada interinidad a pesar de la legitimidad de la elección, pero el mensaje de unidad conjunto entre alcalde y concejales protocolizado en la instalación de las sesiones ordinarias del Concejo de esta fecha, ilusiona con la llegada de la luz tras la oscuridad.
Aferrarnos a la ilusión es lo que nos queda, pues sabido es el temperamento del gobernante y lo variopinto del Concejo.
No queremos que se repita la historia conflictiva del 2020, sino que se escriba una nueva página política, la que realmente nos interesa y conviene.
No queremos iteraciones de madrazos, ni mociones de censura, ni señalamientos malsanos, ni prefabricados debates. No. Recordemos que tras el acalorado madrazo del año pasado, vino la intervención del mismísimo arzobispo de Cartagena, y ni aún así se aplacaron los ánimos. Percatados estamos que en todos los bandos hay amigos del bochinche, bodegueros de la intriga y personeros del odio, que son los mas interesados en que esta anunciada paz no se concrete.
Por ahora, lo que se ve es la intención… caras vemos, corazones no sabemos, pero el avance está en el compromiso ante la ciudadanía: que van a dedicarse a trabajar y no a pelear.
En el alcalde y los concejales recae toda la responsabilidad de mantener la esa deseada paz política. La bipolaridad y la pendejada no caben. “Ni corrupto ni payaso” les decimos. No pueden jugar con nuestro presente ni con el futuro de la nueva Cartagena, tal como lo ha venido haciendo el gobernante.
Bien lo dijo Dau en la instalación del Concejo: ya se dieron trompadas, patadas, puños y codos… hay que complementarle que en la lona de ese pugilato queda la ciudad.
Cartagena perdió 14 meses por la insensatez de este veedor graduado de político que no supo asumir el rol institucional de un alcalde, y se vio desbordado por la adulación del poder.
El cambio de lenguaje y tono es señal de cambio. Queremos creer pero no podemos olvidar que Dau es Dau y concejal es concejal. Ojalá dure. Queremos creer.