No podemos seguir en este mierdero – Opinión de John Zamora

Por John Zamora (Director Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 19 marzo 2021.- Ojalá las normas laborales y la sensatez se combinasen para que William Dau se fuera dos meses de vacaciones -los correspondientes a sus cuatro años- y nos dejara trabajar en paz para salvar a Cartagena.

Que deje a una persona con método y don administrativo (hay pocas, muy pocas en su gabinete) y, para más garantías, sin bolígrafo para contratar mas OPS…

Y los demás nos dedicamos a remar para el mismo lado… dos meses… dos mesesitos… ¡por el amor de Dios! ¡No podemos seguir en este mierdero!

La peleadera permanente de Dau tiene un balance nefasto para Cartagena, pues ha espantado al gobierno nacional, que prefiere asentarse en Barranquilla y tomarla como eje de su relación con el Caribe… la industria, el turismo y el comercio no encuentran clima para reactivar… los problemas crecen como mala hierba y no se solucionan como Transcaribe, hospitales inconclusos, colegios en ruina, vías lunáticas… etc… y mientras tanto seguimos jodidos, como si el peor de los maleantes estuviera en el Palacio de la Aduana. La diferencia es cero. Da igual un corrupto o que un inepto para nuestro caso.

¿De qué ha servido pelear con procurador, contralor, gremios, concejales, congresistas, excontratistas, periodistas, mujeres…? ¡De nada!

Son peleas inútiles, estériles y tenebrosamente perjudiciales.

Estamos hastiados de la peleadera, pero también de la payasería.

Con tantos asuntos importantes que resolver, no se puede perder el tiempo mamando ron, metiendo frías, bailando tik-tok, fumando como desesperado o posando con bufones “influencers”. Los likes no gobiernan, no resuelven el problema de hambre y falta de oportunidades.

Ni payaso, ni camorrero, ni corrupto, ni inepto, y Dau asombra al combinar con pletórica excelencia este singular antiperfil.

La revocatoria quedó convertida en mala palabra tras la reyerta de pandilleros en que terminó la audiencia preliminar, pero no es nada descabellado pensar en unas vacaciones de dos meses para Pepe (vive peleando y pendejeando), al término de los cuales vea el camino marcado. ¡Podemos, tenemos la capacidad, pero la gran piedra en el camino de Cartagena hoy tiene un nombre: William Dau!

En Nueva York podrá volver a pasear por Wall Street o Times Square, saludar viejos amigos, fumarse sus paquetes de cigarrillos con tranquilidad, beber Jack Daniels hasta el amanecer y recargar energías. Sin duda, Cartagena será mejor a su regreso.

Pero con Dau aquí o en vacaciones, no podemos seguir viviendo este mierdero, y por eso registro con aterrizada esperanza el levantamiento cívico que está en marcha, con mucha gente de distintas orillas en contacto, proponiendo ideas, ofreciendo su tiempo y compromiso para constituir una alternativa temática.

El problema hace dos años fue identificado como “corrupción” y le brindó el triunfo a Dau, pero el verdadero problema es que la ciudad no sabe para dónde va, no sabe qué quiere ser. No es lo mismo una ciudad “sin” (sin malandrines, sin proyectos, sin norte) que una ciudad “con”: con objetivos a largo plazo, con unidad de criterio, con tejido social.

Con Dau solo sabemos que cada tres días hay una nueva pelea, pero no solucionamos nada. La ciudadanía debe ser superior a su mediocre gobernante y fijar un rumbo temático que mantenga la luz sobre la oscuridad. El tema da para más, mucho más.

¡NO PODEMOS SEGUIR EN ESTE MIERDERO!