Por Javier Posada Meola (especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 4 de mayo de 2021.- Vivimos un momento muy complejo en nuestro país: altísimo número de contagios y muertes por el Covid, pobreza, desempleo, falta de gobernabilidad, corrupción, etc. Agobiados, arrinconados e indignados ante esta situación, los ciudadanos han decidido protestar y tomarse calles, plazas y lugares históricos para alzar su voz reclamante. No ha importado el riesgo a la salud que representa este tipo de manifestaciones, no ha importado la contención (en algunos casos excesiva) de la fuerza pública, no ha importado el retiro del proyecto de reforma tributaria, no importa las lluvias o el calor, la fuerza y la motivación de los marchantes es mucho más poderosa que todo lo anterior.
En este escenario, he decidido publicar algunos de mis principales motivos de protesta:
Protesto contra mí mismo, pues en algunos casos he guardado silencio ante tantas injusticias que tocaron mi corazón y no lo expresé. Protesto contra mi porque me han faltado fuerzas para enfrentar las batallas políticas que el pueblo ha demandado, he debido ser más radical en mis luchas. Protesto contra mí porque en algunos momentos me he distraído y no he tomado decisiones en el momento requerido. Protesto contra mí por no escribir más seguido, por no promover más debates ideológicos.
Protesto también contra los partidos políticos que dejaron de ser vasos comunicantes entre la ciudadanía y el gobierno. Protesto contra los partidos porque en muchos casos renunciaron a su ideología y se convirtieron en mercaderes de la política.
Protesto igualmente contra el narcotrafico, los daños de este fenómeno en nuestra sociedad son hasta ahora irreparables.
Protesto contra los bancos, les ha sobrado ambición y les ha faltado corazón, este sector sigue abusando inmisericordemente de los colombianos.
Protesto contra los más poderosos medios de comunicación pues dejaron de ser antorcha y hoy, con contadas y notables excepciones, solo sirven a los intereses mezquinos de sus propietarios.
Protesto contra la guerrilla y el paramilitarismo que tantos muertos y tantos males han dejado en nuestra historia.
Nunca es tarde, por ello no me quedaré solo protestando, abrazo solidaria y fraternalmente la espontánea reacción de quienes han salido pacíficamente a marchar, exijo respeto por sus derechos. He decidido que mi contribución consistirá en aprovechar cuanta oportunidad tenga para explicar la importancia de las manifestaciones, defenderé con vehemencia la libertad de pensar diferente. Mi voto será por proyectos comprometidos radicalmente con causas populares, desprovistos de vanidades, que sientan la política realmente como un servicio y no pongan la política a su servicio, estaré más atento a las redes sociales porque es el espacio más democrático de participación y, cuando las circunstancias sean más propicias, saldré a las calles a agitar estas banderas que en marzo y mayo de 2022 pueden cambiar la historia de este país.
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