Revolucionarios del cambio – Opinión de Javier Doria

Por Javier Doria (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 14 de julio de 2021.- Cursando mi primer año de derecho en la Universidad de Cartagena, aprendí que el Día del Abogado se celebraba el 14 de julio, y escuchando en sesión solemne las palabras del profesor Rafael Ballestas Morales, Decano de la Facultad de Derecho en aquel entonces, entendí que la fecha había sido escogida en Colombia por la importante conexión que hay entre el papel que jugamos los abogados en la sociedad y los hechos ocurridos en París el 14 de julio de 1789.

Conmemorar el día de abogado en la misma fecha en que se dieron los hechos históricos que dieron inicio a la Revolución Francesa no es un embeleco, pues en verdad nosotros, los abogados tenemos mucho de revolucionarios. Más allá de la innegable influencia que tuvo el derecho francés en la evolución de las leyes en Colombia, debemos reconocer que la revolución francesa constituyó un acontecimiento de gran influencia para el mundo moderno, pues rompió una tradición monárquica para darle paso a un nuevo orden social y a una nueva concepción del Estado.

La revolución francesa inspiró a los entonces líderes del pensamiento latinoamericano, tanto que, casi como una reacción en cadena se fueron produciendo las revoluciones independentistas de Haití, (1804); México, (1810); Paraguay, (1810); y, Colombia, (1811), en lo que también se conoce como el proceso de descolonización de América Latina y que fue liderado entre otros por Miguel Hidalgo en México, y Simón Bolívar y José de San Martín, en Suramérica.

Libertad, fraternidad e igualdad fue la puesta para entonces revolucionaria de los parisinos, que parecen hoy ser los parámetros de acción que también reclamamos los abogados en nuestro ejercicio diario, esto me hace pensar que quienes ejercemos esta profesión con pasión y decoro somos unos verdaderos revolucionarios, que luchamos todo el tiempo por reclamar justicia y tratos igualitarios dentro del marco de la Ley a una sociedad que muchas veces parece indiferente ante tanto desequilibrio.

Es una fecha para conmemorar a ilustres juristas locales como Héctor Hernandez Ayazo, Carlos Villalba Bustillo, Mario Alario Difillipo, Pedro Pacheco Osorio y Fabio Morón Díaz, entre otros, pero también para exhortar a quienes honrosamente ejercemos nuestra profesión a que promovamos un cambio en el sector legal y gestemos una verdadera revolución que influya la forma como nos proyectamos y como nos ven en la sociedad, estoy seguro que asumiendo en papel que nos corresponde seremos los co-protagonistas de un nuevo grito de libertad, del cambio que tanto necesitamos.