Crónica política de John Zamora (Director de Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 10 de diciembre de 2021.- La mas sorprendente movida en la política en Bolívar para armar las listas a Cámara se registró en Cambio Radical, cuando dos mujeres con caminos separados (la senadora Daira Galvis y la representante Karen Cure) se encontraron en un cruce y dieron jaque mate al rey que venía sacudiendo fichas en el tablero: Fejed Alí.
Hace un par de días, Alí recibió una sorpresiva llamada de Germán Córdoba, director del partido Cambio Radical, donde de manera informal pero fulminante le comunicaba que no le sería entregado aval para ser candidato a Cámara.
De inmediato, a la mente de Alí vino el recuerdo de la foto que publicó emocionado en su cuenta de Instagram el 21 de octubre, del encuentro en Bogotá con el jefe de esa colectividad, Germán Vargas Lleras, donde le agradecía el aval que, de palabra, le había concedido.
El detonante de la “revocatoria” del aval apalabrado pero no formalizado fueron las objeciones de las dos congresistas, que demostraron que una credencial pesa y mucho.
Daira tiene 12 años como senadora y Karen ocho años como representante a la Cámara y sus grupos no se sintieron ni cómodos ni correspondidos con el grupo que orienta Fejed, pues sus principales alfiles votan con otras agrupaciones. Los votos del diputado Víctor Mendoza se van para el senado liberal de Fabio Amín; los del hermano de Fejed, Carlos Manuel, van para Mauricio Gómez, y los amigos de su primo Pedro Alí votan por Lidio García.
Para entender esta jugada hay que ver cómo era el panorama en octubre, cuando se publicó la foto de Vargas Lleras con Fejed.
En ese momento, se tenía planteado que Karen no aspiraría a la reelección y que su esposo, Giovanni Meza, iría por otro partido, bien sea Liberal o Centro Democrático, como se llegó a mencionar; Daira Galvis no tenía definida fórmula a Cámara y exploraba nombres; y Jorge Benedetti tenía claro su salto de Cámara a Senado pero sin fórmula a Cámara pues ya había roto con Alí.
De modo que el panorama se presentaba despejado y no se atisbaban nubarrones que presagiaran la tormenta que ahora encara Fejed.
¿Qué cambió? Por los lados de Daira, surgió el nombre de Rayza Ahumada (excandidata a la Asamblea por ASI) como fórmula a Cámara de Representantes. Por las huestes de Karen Cure, su esposo no logró entenderse con otros partidos, y teniendo derecho propio a conservar su aval como congresista por Cambio Radial, no había motivo para más desgaste. Los votos se quedan en Cambio Radical, incluso si Karen se inscribe para la reelección, pues queda el espacio en las modificaciones para que el inscrito finalmente sea su esposo.
Ante la negativa del aval, el grupo de Fejed comenzó a explorar caminos. El primero es buscar otro partido pero con apenas cuatro días para el cierre de inscripciones, el asunto es complicado, y veamos las alternativas:
En el partido Conservador el cupo para hombres está lleno con Yamil Arana, Andrés Montes y Fernando Niño; en el partido Liberal ya Lidio García le dijo que no y las razones persisten; igual en la U; en el Centro Democrático debe superar la resistencia del uribismo puro, que lo ve como un foráneo y no ve razones para sumarle votos en una lista donde Fejed tiene más caudal; en la izquierda no tiene química, y en otros partidos como Colombia Justa Libres sería el único con votación y no le alcanzaría para el umbral.
La opción de cambiar de escenario y aspirar al Senado es poco probable debido a que sus principales aliados ya tienen compromiso de Senado; y la alternativa de que el candidato sea su hermano Carlos Manuel es solo un cambio de ropaje pero “el muñeco” es el mismo.
Es una situación contradictoria, pues a Fejed se le ha visto con una fortaleza creciente, lo que en el papel sería un atributo, pero los jefes políticos lo ven como un riesgo a su supremacía: ¿qué tal que llegue y les gane la curul de Cámara y se convierta en un nuevo jefe político en Bolívar?
Es un ajedrez y ahora esperamos la siguiente movida de Fejed: ¿Enroque? ¿Tablas? ¿Abandono? O un sorpresivo final, con intercambio de torres, caballos y alfiles… no hay que olvidar a los peones, que muchas veces son quienes definen una partida.