Las elecciones presidenciales de 2014 dejaron en claro que la polarización y los insultos son nocivos para la democracia. La guerra desatada entre Juan Manuel Santos y Oscar Iván Zuluaga es de ingrata recordación, y tanta carga bélica impide observar lo importante: las ideas, los programas.
Al no poder analizar lo que plantean los candidatos se deja la rendija abierta para que se cuelen tiranos como Gustavo Petro, que llegan con un discurso y apenas se posesionan sueltan toda su carga de arbitrariedades y contrasentidos.
En Cartagena no podemos llegar de nuevo al punto donde el insulto –de fácil elaboración- reemplaza a los programas serios, esos sí de compleja formulación.
Por ello la Revista Zetta ha emprendido una campaña denominada “Ideas sin insultos” para comprometer tanto a candidatos como a sus simpatizantes en la anulación completa del insulto, y en prodigarse en propuestas y argumentos.
A través de la etiqueta #IdeasSinInsultos los usuarios de Twitter podrán formular propuestas, denunciar a “insultadores”, ponerse en contacto con candidatos y campañas y expresar sus opiniones en torno a este tema.