Por Álvaro Royo Bárcenas (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- 10 de abril de 2022.- Viendo el calor de las discusiones ácidas incluso entre familiares, viendo la agresividad permanente del discurso político, viendo las declaraciones de los diferentes líderes y actores políticos siempre empujando a la pasión y a la definición entre un bando u otro, y entonces, me preguntaba esta mañana, si lo que necesitamos es alguien que le baje el voltaje y la fiebre política en la que está sumido el país.
Alguien que lleve la discusión política a sus justas proporciones.
Tengo que reconocer que recibo una media de 5 mensajes diarios por grupo con la cara de Francia Márquez, descalificación en todos los sentidos de las propuestas de la campaña de Gustavo Petro, insultos de todo tipo al candidato Federico Gutiérrez, reedición de todo lo que se ha dicho de Alvaro Uribe etc. y es que si los sumo son cientos de mensajes diarios y cada meme o video vienen luego decenas de chat de apoyo o descalificación dependiendo el grupo.
Todos tienen la razón, de eso ninguno de ellos tiene duda que la tenga, pero solo ellos.
Y aquí llego a un punto que también lo vengo escuchando de lado y lado, y es cuanto le pagan a esta gente por enviar, por de bajear, humillar y menospreciar al bando contrario, porque ya los insultos, el odio y el desprecio a rebasado la figura del líder político y ha entrado a los terrenos personales de quien les sigue, si eres seguidor de este eres un burro y si eres seguidor del otro serás algo peor y te vas a pudrir en el infierno, el caso es que la creencia general es que estos individuos son asalariados y reciben un valor por crear este tipo de contenidos.
Puede ser.
Pero hay una inmensa mayoría que lo hacen porque creen ciegamente tener la razón, porque han comprado el discurso completo del líder apasionado y no han puesto nada en cuestión, y estos, me temo, trabajan de gratis.
Carlo Mario Cipolla es un economista italiano que fue el autor de un texto llamado las 5 leyes de la estupidez humana, una especie de sátira intelectual donde el autor, valga decir que lo dejaba imprimir gratuitamente y nunca saco réditos de ello, define como un gran logro y como una de las grandes creaciones de la naturaleza es el haber distribuido la estupidez de manera equitativa por todas las clases sociales, razas y condiciones.
Llama la atención en la ley número 3 o regla de oro del texto de Cipolla que dice: “Un estúpido es una persona que ocasiona pérdidas a otra persona o a un grupo sin que él se lleve nada o incluso salga perdiendo”
Hacen daño a los demás, le ocasionan perdidas a otros sin llevarse nada a cambio. Este bombardeo incesante de publicidad negra que fue la enseñanza que nos dejó el estratega político Juan José Rendón no causa si no destrucción a nuestro alrededor.
Tu puedes atacar políticamente al opositor, ni más faltaba, pero lo que estamos viendo es una ultrajacion y un linchamiento público en todos los niveles. Las propuestas no se debaten, no se analizan, se destruyen, se escupen, se mancillan, el solo intento de analizarla te expone a ser violentado a cualquier nivel, y ni hablar de las etiquetas que son la mejor manera de evitar debatir absolutamente nada, para que, si ellos están equivocados.
También dice Cipolla que usualmente subestimamos el número de estúpidos que hay a nuestro alrededor, y que si no los alcanzas a ver es posible que ese seas tú.
En 1937 cuando el totalitarismo estaba en mucho auge (aunque creo que siempre lo ha estado) el escritor Austriaco Robert Musil escribió algo que copio textualmente por su incalculable valor e insobornable vigencia a día de hoy:
La estupidez se parece al progreso, a la civilización. Brota no sólo de un «Yo» exacerbado, sino de un «Nosotros» acrecentado y envanecido. La estulticia es altamente contagiosa y se alimenta de grandes ideales difusos, de lugares comunes, de proclamas simplistas: todo es negro o todo es blanco.
El único punto de vista legítimo es el de un grupo social determinado, el de una facción concreta: la nuestra. La estupidez se emparenta con la intolerancia y la ausencia de diálogo.
Es un hermetismo mental y gregario. Se expande mediante consignas engreídas y sin fundamento, coreadas en un clamor colectivo esperpéntico.
Musil murió en abril de 1942, pero parece que hubiera escrito esto ayer viendo lo que pasa hoy en día en la política colombiana.
Volviendo al título de este artículo y viendo los debates de los candidatos a la Presidencia me llamo mucho la atención Sergio Fajardo, porque me impresionó al revés, porque no agita ningún trapo, porque verle hablando me hace acordar de los candidatos europeos a presidentes o a primer ministro que hablan como si estuvieran en la sala de su casa, tipos predecibles y aburridos, con pocos libretos, sin frases rebuscadas, ni discursos elaborados.
Un tipo normal que no se vende como el salvador y sospecho que le importa poco que lo veamos como tal.
Y entonces me preguntaba esta mañana ¿si no es ese el tipo normal que se necesita para que le baje la alta y dañina fiebre política de la que sufre Colombia?
¿Un tipo normal que lleve la discusión política a sus justas proporciones?
Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y con mucho gusto les responderé
¡Un abrazo!
Álvaro Royo Bárcenas
Xiamen-China
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