Cartagena de Indias, 23 de junio de 2022.- (Con información de Magangué Hoy).- El ex alcalde de Magangué, Gonzalo Botero Maya, habló ante la JEP en el inicio de las audiencias por los crímenes cometidos por las Farc.
El el dirigente inició su intervención agradeciendo la oportunidad de hablar sobre su experiencia, después de 30 años de haber sido secuestrado por el 37 frente de las Farc-EP. “¡Fueron 57 días y 56 noches que nunca olvidaré!», expresó.
«El secuestro te marca para toda la vida. Colombia necesita verdad, justicia y reparación y hoy me siento orgulloso del testimonio de mi padre. Este país necesita sanar heridas y el perdón recibido de parte de las Farc aporta a ello!”, agregó.
«¿Qué significa el secuestro?», se preguntó Botero quien fue secuestrado cuando ejercía como alcalde de la comunidad de Magangué el 4 de agosto de 1991, en San Fernando, Bolívar.
“Para mí es un acto cruel despiadado. Se cercena de un tajo la libertad del ser humano buscando beneficio por parte de quienes lo cometen. Con toda razón la JEP lo declaró crimen de guerra y de lesa humanidad”, aseveró Gonzalo Botero.
Continuó su relato diciendo: “Jugaban con la paciencia y desesperación de los seres queridos. ¡Cómo fueron de crueles! Otra víctima indiscutible de este atroz delito era la familia (…), convirtieron a muchas personas en víctimas”.
“Tras salir de mi secuestro, el señor Martín Caballero declaró a mi familia objetivo militar. A raíz de ello, en Sucre, el Frente 35 asesinó a 4 de nuestros trabajadores, todo porque el ‘delito’ de estos hombres inocentes campesinos era que trabajaban para la familia Botero”
“Carlos, Andrés, Alejandro y Francisco tengo la certeza de que Dios los tiene en su santo reino”, agregó Gonzalo Botero, tras revelar que por su secuestro a su familia le pidieron 4 millones de dólares. «¡Qué locura! ¡Qué barbaridad!», dijo Botero.
“¿Saben qué es lo que más me duele, en lo que más pienso, lo que me atormenta? El hecho de saber que dinero bien habido, conseguido con el trabajo honesto, sin hacerle a daño a nadie y generando empleo, haya parado a las arcas de una organización criminal”, dijo Botero.
«Si queremos que haya paz, hay que empezar a reparar a las víctimas. Pedir perdón a las personas que perdieron un familiar no es suficiente, tiene que haber más”, sentenció.
Por último, concluyó: “Es mi deseo, después de haber tenido la oportunidad de exponer este testimonio, que consiga pasar la página del momento más doloroso y difícil de mi vida, momento de tensión, incertidumbre y zozobra. Ojalá, comience a cicatrizar la herida que he llevado en mi corazón”.