Po Javier Posada Meola (Especial para Revista Zetta). Cartagena de Indias, 28 de junio de 2022.- En Colombia desde hace un par de décadas los ciudadanos dejaron de notar grandes diferencias entre los partidos políticos tradicionales. Fruto de la escasez de ideario y liderazgo proliferaron en los 90 partidos y movimientos que pretendieron llenar esos vacíos.
Fue tan exponencial su crecimiento que de alguna manera desdibujaron el principio de representación y finalmente mediante actos legislativos se expidieron normas que “obligan” a quienes aspiran a cargos públicos a refugiarse en las empresas expedidoras de avales como camino más expedito para lograr el propósito electoral.
En esas andábamos hasta el pasado 19 de junio, ese día con la victoria de Gustavo Petro, lo que realmente se consolidó fue un gran cambio en el orden político nacional. Orden que desde los territorios se había venido transformando anteriormente, con la elección de alcaldes que no solamente se alejaron de los partidos políticos sino que además los combaten abiertamente.
Creo sinceramente que se abre un nuevo orden político en el cual no habrá partidos con grandes caudales electorales, no se repetirá la historia de presidentes elegidos simplemente por el color de un partido, tampoco volverá a haber presidentes por el hecho de ser el señalado por el jefe de un partido.
Confío que en las elecciones regionales sucederá exactamente lo mismo, la elección de los próximos alcaldes y gobernadores no obedecerá a acuerdos políticos, no importará el número de concejales y diputados o candidatos a Concejos y Asamblea que apoyen a un candidato, “la maquinaria” no impondrá gobernantes. Desde los pueblos más humildes hasta las grandes ciudades de Colombia se ha lanzado un grito de independencia ciudadana que hasta los más obstinados tuvieron que escuchar.
Ahora bien, se equivocan Petro y el Pacto Histórico si creen que son los dueños de esas manifestaciones ciudadanas, ellos simplemente las canalizaron de la mejor forma. La indignación, el inconformismo, los años de frustración superan cualquier militancia política. El Pacto Histórico, Colombia Humana, Petro, sus aliados fueron simplemente la forma de materializar el sentimiento mayoritario de cambio. También lo fue el ingeniero Rodolfo Hernández, también lo fue Fajardo y otros más.
Razón tuvo Vargas Lleras cuando fue invitado por algunos partidos políticos a ser su candidato, Vargas les respondió: “busquen otro marrano”, esta vez “el marrano” fue Federico Gutiérrez y perdió.
Se vienen las elecciones del 2023, estará en juego la suerte de nuestras ciudades y departamentos, una nueva oportunidad para actuar con la nobleza del corazón y necesariamente con racionalidad, ese es el reto.