Por Pedrito Tomas Pereira Caballero (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 16 de septiembre de 2022.- Pensar que una ciudad con los atractivos turísticos que tiene Cartagena se desarrolla sólo por la inercia de su belleza es un error estratégico de desarrollo. Se requiere el liderazgo y la gestión de toda la administración pública.
Como alcalde y en todo el tiempo que duró mi administración procuramos mantener una sinergia y articulación con todos los sectores económicos de la ciudad y en especial con el sector turístico, porque no se puede gobernar desde el despacho sin conocer lo qué pasa en la calle, pero sobre todo atendiendo con soluciones los problemas.
El tema de las playas es de vital importancia para la economía de la ciudad y durante mi administración nos propusimos reducir el número de quejas por abusos de precios en las playas y, gracias a Dios y a las agremiaciones de servidores turísticos, lo logramos.
En un trabajo coordinado con Corpoturismo implementamos con la Secretaría del Interior más de 9 puntos de atención al turista, de los cuales 4 estaban en las playas con presencia de funcionarios y Policía. Además, concertamos una lista de precios sugeridos con los actores de playas de manera que en cada sector existiera información oportuna para los turistas y no hubiera lugar a engaños.
También logramos establecer coordinado por Distriseguridad un plan piloto, logrando la única playa pública certificada con Bandera Azul en la ciudad, localizada en La Boquilla, la cual debió replicarse en otros sectores, pero no hubo tiempo.
Todos los fines de semana visitábamos las playas para verificar el cumplimento de las diferentes medidas y en los Consejos de Gobierno, Corpoturismo y la Secretaría del Interior, en un trabajo articulado, presentaban un resumen del comportamiento de las medidas, pero lo más importante fue que escuchábamos a los actores del sector, haciendo reuniones puntuales a cada problemática. Es claro que la Corporación de Turismo juega un papel importante en este tema, pues para eso fue creada.
Como lo mencioné anteriormente, los abusos por precios en las playas es sólo uno de los temas que requieren la atención de la administración para trabajar y así mejorar su competitividad en materia turística. Si algo nos enseñó esta pandemia es la gran dependencia que tiene el empleo formal e informal de la ciudad en las actividades turísticas. Y este es un tema que requiere toda la atención del gobierno local. Tiene que trabajarse intensamente en la regulación y ordenamiento de cada actividad y en los sectores donde se realiza.
El tema de precios es básico, desde el principio de información oportuna que establece la ley esta materia. Lo que tiene que hacer la administración actual es retomar el trabajo que ya se había adelantado, conectar con los operadores, verificar los precios que hoy tienen los productos y servicios más comunes en las playas y como Distrito hacer la publicidad de los mismos por redes sociales y en lugares visibles. De igual forma, se deben colocar paneles informativos y señalizar estos lugares públicos.
Por otro lado, establecer mecanismos de control para que cada prestador tenga anunciados sus precios en una parte visible de su negocio.
En Cartagena, definitivamente, lo que ha faltado es autoridad y presencia del gobierno a una población que requiere atención y cuidado como son los operadores informales de las playas. Pero, sobretodo, generar confianza en la gestión pública. El gran daño que observo es que un gobierno debe generar confianza cuando aplica las medidas de control, y hoy existe una sensación de incredulidad frente a la efectividad de la actuación del la administración para enfrentar las dificultades diarias del cartagenero.
Creo que un factor clave que deben complementar en la tantas acciones que realizamos en turismo, es la inversión que se dejaba en el presupuesto para atender las necesidades de este sector. Dotamos a la Policía de equipos y CAI móviles, así como los recursos que asignamos para ejecutar la promoción de la ciudad con campañas que complementaban esta labor y que brindaban información y promoción al turista y residente. Existía sensación de seguridad y la había.
En la administración logramos mantener la certificación del Centro Histórico. También logramos un reconocimiento nacional por el trabajo para la protección de niños, niñas y adolescentes contra la explotación sexual en los entornos turísticos y muchos otros logros que la ciudad hoy ha perdido.
Yo me permito hacer esta pregunta, ¿Dónde quedó la internacionalización de Cartagena? En nuestro gobierno fortalecimos con recursos la promoción internacional y se mantuvo una agenda de conectividad aérea permanente liderada por el Alcalde desde la junta de Corpoturismo. Es preocupante la pérdida de competitividad de la ciudad en materia turística.
Para el 2019 teníamos un 6% más pasajeros internacionales y más de 92 frecuencias semanales, incentivando los mercados con un plan específico de promoción con aeropuerto aerolíneas y el sector.
Abrimos espacios comerciales a la ciudad con las aerolíneas internacionales en las ferias de turismo en las que selectivamente participábamos. En fin, mi sugerencia es que entre todos podemos sacar adelante este y otros temas porque la percepción es que Cartagena se convirtió en otra ciudad, donde la inseguridad y los abusos campean.