Deimer Morelos: con pasos de elefante

Deimer 3 copyPor Luis Adolfo Payares.- El 11 de Noviembre, ese estadio que ha sido testigo mudo de las grandes gestas gloriosas del béisbol, tanto amateur como profesional, se agigantaba con cada rayo de sol que pretendía alumbrar su armadura. Llegué a eso de las 10 de la mañana; la verdad pensé que ya nadie estaría pero mi sentido periodístico me obligaba a buscar e indagar qué pasaba en el gramado del coloso novembrino.

Al salir del carro, me abordó el popular “Cucaracho”, esa especie de conserje vitalicio del parqueadero del estadio, que se niega rotundamente a abandonar su puesto, quien conoce de primera mano los pormenores de lo que pasa y lo que no pasa en el mundo de la “pelota”, local e internacional, fanático de los Yankees como ninguno, me dijo: “Ajá, Villanito y qué ¿cómo está la jugada, el viejo qué?, tírame algo allí estoy en “tres y dos”. Su forma coloquial de hablar con lenguaje beisbolero me recordaba al popular “Brazo de hierro” un pelotero de barrio que quiso ser grandes ligas, nació con un solo brazo por una enfermedad en su gestación, y que siempre narraba los partidos de los niños que jugaban en las barriadas de Cartagena en los años 70. Tenía siempre una respuesta para todo en lenguaje de béisbol. El “Cucaracho” era lo mismo pero este las adornaba con un toque poético que el mismo llamaba la “poesía de la costura”.

¿Ajá cucaracho y qué?- le contesté desprevenidamente. “Cuando venga, te tiro un “fly al pitcher”. Sin dejar que terminara me dijo: “Déjate de vaina, me tiras un home run con bases llenas!!”

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Pasos de elefante

Me dirigí de inmediato sin prestarle más atención a la puerta del estadio y me asombré al mirar al montículo. Estaba lanzando Deimer Morelos, aquel muchacho que una bala pretendió acabar con su sueño de ser un pitcher de grandes ligas, pero que su corazón ahora tiene la fuerza suficiente y las ganas para convertirse en el primer pitcher colombiano discapacitado en llegar al béisbol organizado. Deimer pudo convertir una adversidad en una oportunidad. Con una sola pierna y con una prótesis de adaptación, se sometió al escrutinio de los scouts de grandes ligas que estaban ese día el estadio 11 de Noviembre. Al llegar hasta él pude darme cuenta que Deimer es un ser especial, su mirada y su sonrisa permanente irradian optimismo, esperanza y ganas de vivir. No es para menos cuando una bala infame acabó con la posibilidad de ser un grandes ligas. Le estreché la mano y le dije: Eres un campeón hijo..!! Él solo me dijo: “Sí señor, vamos pa lante con paso de elefante”. Decidí hablar con él un rato, me recordó a Jim Abott, aquel pitcher de grandes ligas que nació sin su antebrazo derecho, pero con su brazo izquierdo se convirtió en leyenda aquel 4 de Septiembre de 1993, al decretar un juego perfecto, sin hits y sin carreras.

¿Como te fue en el try out? Bueno me sentí bien, aunque la prótesis se me salió en los últimos lanzamientos, pude llegar a las 84 y 85 millas, cuando tenía la pierna, llegaba hasta las 89 y 90 millas..

¿Qué sientes ahora con tu prótesis? “La verdad es que gracias a Dios me he sentido muy bien, aunque no ha sido fácil el proceso de adaptación, las ganas que le he puesto y la actitud que tengo me han llevado a seguir con mi sueño, yo quiero llegar a las grandes ligas o ya sea en una liga paralímpica, estoy seguro que voy a lograrlo”.

¿Cómo va el proceso contra la persona que te hizo eso? “Bueno la verdad eso lo tienen los abogados, mi papá es el que se encarga de todo eso, yo estoy concentrado en lo mío, en poder entrenar y poder tener una prótesis de deporte, para poder lanzar mejor, porque con esta prótesis no puedo, porque los movimientos no me los hace, y se me sale cuando quiero lanzar más rápido…” – calló un rato y con algo de lágrimas en sus ojos dijo: “Yo ya a esa persona que me hizo esto lo perdoné porque yo no puedo albergar resentimientos ni nada parecido en mi corazón, eso me detendría y Dios no me ayudaría a cumplir mi sueño, la verdad es que yo ahora mismo estoy concentrado en lo mío, y tengo que echar para adelante, ahora mismo tengo entre ceja y ceja conseguir una prótesis de deporte para poder afuanzarme mejor en mis entrenamientos, porque yo quiero representar a Colombia, y ser pitcher profesional en Miami o en cualquier ciudad de los Estados Unidos”.

¿Qué estás haciendo para conseguir la prótesis? “Ahora mismo estamos recogiendo tapitas de plástico, yo las vendo y allí voy ahorrando, además mi papá abrió una cuenta para que las personas de buen corazón me ayuden a poder comprar la prótesis”.

Deimer 1 copy¿Qué le ha dicho la Policía en cabeza del general Palomino? “Son unos embusteros…” – al decir esto su cara cambió de inmediato, se le notaba decepción y tristeza, nuevamente otro colombiano más que cae en las mentiras de los que de alguna manera son autoridad en este país -… “Y es que él mismo se comprometió ante las cámaras de televisión que me iban a dar el dinero para la prótesis, les di el número de la cuenta hace más de dos meses y todavía nada, por eso no les creo y ojalá algún día Dios les mueva su corazón y puedan hacer algo para resarcir el daño que me hicieron”. Deimer bajó la cabeza un poco y logró secar una lágrima que quería bajar presurosa por su mejilla, pero al subirla nuevamente, su sonrisa resplandeciente dejó ver el optimismo y las ganas que tiene de salir adelante.

¿Que estas haciendo diariamente?

“Estoy estudiando en la Universidad de San Buenaventura. Gracias a Dios, el alcalde Dionisio Vélez y el director del IDER Iván Sanes, me consiguieron una beca para estudiar llicenciatura en Educación Física; me levanto bien temprano para ir a la universidad, desde las 7 de la mañana, hasta las 5 de la tarde, llegó a mi casa y me voy al campo que queda por mi casa para empezar a “soltar”, porque no puedo correr, esto lo hago diariamente hasta las 7 de la noche más o menos y me voy para mi casa después. Si tuviera la prótesis ya estuviera dándole más “duro”, porque mi sueño es llegar a las grandes ligas y lo voy a lograr, pero primero esta conseguir la prótesis adecuada para poder correr y lanzar adecuadamente”.

¿Qué mensaje le quieres dejar a la juventud Deimer?

Que por muy duro que se ponga el barro, uno siempre tiene que echar para adelante, si el barro se pone duro, uno tiene que darle pico y pala, pero no se puede quedar uno frustrado porque le pasó una desgracia. ¡NO! Esto me ha ayudado bastante en el sentido de ser ejemplo a seguir de muchos; fíjate por mi casa hay un niño que me dice: “Deimer tu eres mi ídolo, hay otro niño de tres años que me una vez que fui a buscar unas tapitas a un colegio me preguntó: Que te pasó en la pierna..? Yo le dije, papa tuve un accidente, el me dijo tu pierna es de robot, es de “Transformers”, yo quiero cortarme la mía y ponerme una como la tuya… yo me quedé Dios mío, yo que quiero tener mi pierna normal y este niño me dice que quiere cortarse la pierna.. Quizás en su inocencia pensó que yo era alguien especial. Yo le dije, no padre yo daría mi vida por tener una pierna normal como la tuya, no digas eso”.

A Deimer lo llamaron para otra entrevista Aquella historia del niño que quería tener una pierna como la de Deimer es el ejemplo perfecto que este muchacho está llegando a impactar muchas vidas de los jóvenes, no solo de Cartagena sino de Colombia. Esa lomita de arena donde los pitchers se paran a lanzar, es el estado natural de Deimer, allí es donde comienza y termina su sueño, donde estamos plenamente convencidos así como JIm Abots hizo historia en las grandes ligas y brazo de hierro, aquel pelotero que por su haber nacido con un solo brazo, se dedicó a narrar las historias de los juegos de barrio, Deimer será el ejemplo a seguir de futuras generaciones.

Llegué a tomar el carro y el Cucaracho estaba allí como coach de tercera esperando al corredor para gritarle si se queda o se va para el home, y me dijo: “Aja Villanito suelta el “roletazo”, me metí la mano al bolsillo y le di un billete de mil pesos. Cuando lo vio me dijo: “Nojoda, si Gaitán hubiera sido pelotero estuviera en el hall de la fama, tu no ves que el man siempre está en el line up, de primer bate y es que roba base”. El Cucaracho se fue con una carcajada, y hasta el día de hoy la verdad no sé qué fue lo que me quiso decir…