Victoria pírrica (si es que hay «victoria») – Análisis de John Zamora

Análisis de John Zamora (Director de Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 27 de abril de 2025.- El pulso político en Cartagena de las últimas semanas ha tenido a tres protagonistas: el alcalde Dumek Turbay, concejal Javier Julio, y la activista Jacqueline Perea.

De un momento a otro y luego de más de un año de silencio, el concejal Julio comenzó sistemáticos ataques a la administración distrital, comenzando por el director del Ider, Campo Elías Terán; la directora del IPCC, Lucy Espinosa, y escalando hasta el propio alcalde Dumek Turbay.

No es casualidad que luego de las manifiestas inconformidades del alcalde con el presidente Petro, viniera una respuesta de esa ala política, y allí atisbó el concejal una coyuntura para lanzar sus ataques.

Julio venía de perfil bajo luego de cuatro años de visibles refriegas con William Dau, quien hasta un irrespetuoso remoquete le acuñó. Hizo campaña a la Alcaldía y sorprendió con un segundo lugar, a lejanos más de 100 mil votos de Dumek.

La primera impresión es que con la andanada contra la administración, había lanzado una nueva campaña a la Alcaldía, y la estrategia era convertirse en el “tormento” de Dumek, como Perea lo fue de Dau.

El alcalde le respondió también a escala. Primero, defendió a Campito, a Lucy, y a toda su administración, y tras nuevos ataques recibidos, lanzó una apuesta: si lo que dice Julio es cierto, Turbay renuncia a la Alcaldía, de lo contrario debe renunciar el concejal.

Desde luego, Julio rechazó del plano tal reto, y compareció sonriente ante las cámaras, sintiéndose ganador.

Así las cosas, Julio consiguió un “jefe de debate” gratis, como lo tuvo Dumek con Dau.

Recordemos que a sus propuestas y dinámica, Dumek sumó los insultos de Dau, que solo hicieron elevar su favoritismo en su camino al Palacio de la Aduana.

Una regla de tres simple podría repetirse para el caso de Julio: si consigo que el alcalde sea mi jefe de debate, tengo la Alcaldía a la vista. ¡Victoria política! Pero esto es política, no aritmética.

En efecto, Julio se montó al carrito de los críticos de Turbay, y el alcalde deliberadamente aceptó posar como “jefe de debate” momentáneo, para ponerlo a la defensiva y dejarlo en medio de un charco de gasolina.

En su afán de hacerle daño a la administración, Julio se metió con Jacqueline Perea al revelar que María José del Toro Perea, hija de Jacque, tenía una OPS con la Alcaldía, y que por eso acalló cualquier critica al gobierno.

Habilidosa, Perea montó un elocuente video respuesta en el que la acompañó su hija, la chica de la OPS. “Concejal: Dios guarde a sus hijas, y ojalá nadie las exponga públicamente”, le dijo, no sin antes mostrar una relación de personas contratadas por la Alcaldía, presuntamente, de la órbita del concejal Julio.

De momento, por estos días y por estas polémicas, Julio consiguió ser un concejal notorio, centro de miradas, pero con el altísimo riesgo de desintegrar su relativo capital político por un error de cálculo: el país electoral está pensando en las elecciones de 2026 para Congreso y Presidencia, y anticipar el debate para Alcaldía es una torpeza política de desconcertante ingenuidad.

Por eso, ganar “jefes de debate” gratuitos es lo más parecido a una victoria pírrica, aquella del legendario rey Pirro de Epiro, que ganó batallas con grandes bajas de soldados, al punto de expresar que ¡otra victoria de estas y estaremos perdidos!

Cartagena de Indias aprendió que la peleadera solo trae mediocridad, y por eso eligió a Dumek, un gobernante sólido, con un gobierno dinámico, visionario y ejecutante. Quien se coloque del lado equivocado de la historia, estará condenado a la derrota.