Néstor Lorenzo quiere ser profeta en su tierra – Artículo de Ricardo Bello

Por José Ricardo Bello Espinosa (Director de Revista Córner) (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 10 de junio de 2025.- Faltando tres jornadas para terminar las Eliminatorias Mundialistas de Fútbol, Colombia llega a Buenos Aires para enfrentar a Argentina, actual campeona del mundo y de la Copa América.

Será la primera vez que Néstor Lorenzo llegue como entrenador de la Selección Colombia a su país natal, y se espera que la Tricolor se reivindique con su afición obteniendo un buen resultado, luego del empate con sabor amargo ante Perú. Colombia aterriza en territorio gaucho, donde lleva 32 años sin lograr una victoria, desde el histórico 5-0 en 1993.

Los argentinos anuncian la reaparición de Lionel Messi, quien regresa a la selección tras siete meses de ausencia. Argentina llega como líder de las Eliminatorias con 34 puntos, producto de 11 victorias, un empate y tres derrotas. Una de esas caídas fue ante Colombia en Barranquilla, luego de la Copa América 2024, donde ambos equipos disputaron la final.

Se espera que este partido tenga un ingrediente especial para Colombia, sobre todo que despierte del letargo futbolístico que ha mostrado en las últimas cinco fechas, en las que no ha conocido la victoria. El técnico Néstor Lorenzo ha sido criticado por sus decisiones a la hora de conformar las alineaciones, dejando la impresión de tener preferencias en la nómina titular por jugadores que no están en su mejor forma, como James Rodríguez, cuyo rendimiento ha bajado en comparación con actuaciones anteriores.

Ojalá el regreso de Luis Díaz le aporte desequilibrio al frente de ataque, y que su acompañante —ya sea Hamilton Campaz o Luis Suárez— pueda cumplir con aportar la cuota de gol que tanto ha hecho falta, como se evidenció en el último juego ante Perú.

La tabla de posiciones ubica a Colombia en la sexta posición con 21 puntos, los mismos que Uruguay. Aún le restan tres partidos: hoy ante Argentina, en septiembre frente a Bolivia en Barranquilla y el cierre en Maturín ante Venezuela. Si Colombia logra un buen resultado y Venezuela sufre un traspié con Uruguay en Montevideo, estaría prácticamente asegurando su clasificación al Mundial 2026. Lo que sí está claro es que debe sumar en estas tres jornadas y depender de sí misma en una eliminatoria en la que, por primera vez, le ganó de local a Argentina y Brasil, pero se complicó contra selecciones aparentemente más accesibles.

Tiene aún la amenaza del repechaje, una posibilidad que sería incómoda y frustrante para el equipo dirigido por Lorenzo.

El técnico debe recuperar la convicción en algunos jugadores. No se entiende que convoque a futbolistas como Jorge Carrascal o Yáser Asprilla y no les dé minutos. Rumores van y vienen sobre actitudes en el camerino, pero eso no juega. Hay que recuperar y mostrar la mística, el coraje del fútbol colombiano, para clasificar, estar tranquilos y luego pensar en un Mundial donde habrá muchos aspectos por reevaluar. Pero primero, hay que clasificar.

El sabor amargo del último partido ojalá no cause una indigestión ante Argentina. Es un duelo reservado para los especialistas, pero se espera que Luis Díaz sea la solución para endulzar y generar un final feliz con un buen resultado en Buenos Aires.

De no darse un buen resultado, se le vendrá el mundo encima a Lorenzo. Muchos creen que ya es tiempo de reevaluar; otros, que hay que dejarlo terminar la Eliminatoria. Ojalá no sea así. Pero a los técnicos los respaldan los resultados y el funcionamiento en la cancha. Lo demás —las sedes, las barras, las campañas— es complementario. Lo que se exige es eficiencia en el rendimiento, y eso solo se consigue en el terreno de juego.

Quizás, ante Argentina, lleguen los buenos momentos futbolísticos para expedir la visa al Mundial 2026.