Por Sixto Alfredo Pinto – www.laotracara.co – Durante las sesiones que lleva a cabo la Corte Interamericana de Derechos Humanos de Costa Rica, en Cartagena, varios grupos de colombianos que se sienten afectados por la justicia nacional, mostraron sus quejas, utilizando diferentes medios para llamar la atención de los asistentes y los jueces internacionales.
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Casos como los de los ex congresistas Álvaro Araujo y el fallecido Luis Humberto Gómez Gallo, condenados por parapolítica, o el de Piedad Zuccardi, procesada por el mismo delito, estuvieron expuestos en carteles y pancartas en las afueras y adentro del Centro de Convenciones Julio César Turbay de la capital de Bolívar, donde se realizan las audiencias.
La idea es que la Corte Interamericana conozca sus procesos y se entere de las irregularidades que, supuestamente, cometió y comete la justicia de Colombia con ellos, como las largas detenciones preventivas, la falta de juicios y los juzgamientos sin doble instancia. Pero la queja unánime es que es casi imposible tener acceso al alto tribunal internacional, porque algunos de los que enviaron sus denuncias llevan media década esperando que la Comisión Interamericana (con sede en Washington) las admita, comience estudio y luego la pase a la Corte, que es la instancia superior. Por eso, se hicieron notar y se volvieron visibles con sus letreros informativos o de protestas.
Por ejemplo, los representantes de Zuccardi, recluida en Bogotá sin que le resuelvan su caso, escogieron varios lemas en sus pancartas como: “Más de 970 Días de Detención Preventiva. Entérese del Proceso de Única Instancia, o Colombia no Cumple con los Tratados que Suscribió para Proteger los Derecho Fundamentales”.
La viuda de Gómez Gallo llevó un letrero que decía “Escúchenos”. Claudia Margarita Zuleta, esposa del fallecido senador tolimense, comentó “nosotros radicamos nuestra queja en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el año 2012 y estamos esperando aún respuesta. No hemos tenido ningún signo que nos garantice o, que por lo menos, nos diga que están atendiendo nuestro caso. Estamos aquí pidiendo un proceso real y efectivo a nuestro tema, para que nos sean restaurados nuestros derechos que nos fueron violados por la justicia nacional. Colombia, a través de nuestro sistema judicial, violó nuestros derechos fundamentales, no sólo desconociendo la Carta Política, sino que desconoció pactos internacionales que firmó como es la Convención Interamericana, a la que pertenece la Corte Interamericana de Derechos Humanos”.
Álvaro Araujo mostró un pendón con la siguiente escritura: “Colombia Viola Los Derechos Humanos”.
Sobre la posibilidad de acceder al Sistema Interamericano, el ex congresista colombiano le recordó a La Otra Cara que “el problema es que a ese Sistema sólo tienen acceso las personas de izquierda; las personas como yo, que no somos de extrema izquierda, que somos de centro y somos moderados no tenemos acceso. Es muy fácil entrar a internet y mandar una queja, pero lo que es imposible es que ellos se ocupen de tu queja, porque te la archivan en cualquier cajón, a menos, que tu seas una persona guerrillera o la extrema izquierda o que goces del beneplácito de una serie de organizaciones a la que yo no tengo acceso, al igual que la señora Claudia Margarita Zuleta, viuda de Luis Humberto Gómez Gallo, porque no tenemos el entramado para llegar allá. Entonces no es cierto que el sistema funcione, porque no funciona”.
“Yo tengo cinco años haciendo esa cola y padeciendo un secuestro por culpa del Estado colombiano porque vivo como un proscrito. Ni siguiera me abren una cuenta bancaria porque con semejante condena que me impusieron encima, vivo como si fuera un leproso y eso no es correcto ni para mí, ni para ningún colombiano. Con un sistema judicial como el de nuestro país, no existe la posibilidad de que un proceso de paz tenga posibilidades a futuro”, sostuvo Araujo.
El ex senador de la Costa Caribe explicó: “El sistema colombiano viola los derechos humanos no de manera involuntaria, lo hace manera institucional. La no existencia de una doble instancia impide que se puedan corregir errores judiciales. El sistema jurídico colombiano nos impidió a nosotros tener una doble instancia. El sistema inquisitivo donde el mismo que investiga, es el mismo que juzga, donde se crea un prejuicio y desde el principio tu estas condenado y así funciona el sistema, eso es todo lo contrario a la promoción de los derechos humanos”.
“Yo fui condenado sin tener un juicio. En ningún ordenamiento jurídico de mundo a una persona se le puede imponer la privación de la libertad sin darle la oportunidad de defenderse. A mi no se me permitió defenderme, yo recibí una condena de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, que me penalizó sin darme la oportunidad de vencerme en juicio. Yo desafió al Estado colombiano. Yo no vine ante la Corte Interamericana a hacer lobby, yo vine a desafiar al Estado Colombiano, diciéndole: háganme un juicio y demuestrenme que yo soy culpable. Yo estuve cuatro veces en un hospital de Bogotá porque sufrí una isquemia cerebral prolongada por la presión, y mi compañero Gómez Gallo murió a causa de su situación judicial similar”, ratificó Araujo.