Por Carlos Féliz Monsalve.- (Especial para Revista Zetta).- Bastantes y significativos son los aciertos que ha tenido el Gobierno Departamental en este cuatrienio; para nadie es un secreto que la gestión del Gobierno de Gossaín tiene altas calificaciones en varios sectores.
La creación del nuevo ente descentralizado para manejar la cultura y el turismo del departamento ICULTUR permitirá cumplir esta misión estatal de manera concreta, específica y especial, propendiendo por la creación de políticas públicas en pro de la competitividad de estos sectores. Fue un instituto que nació bien, fortalecido y robusto financieramente para sostener lo que se buscaba y se busca, que no es más que apuntar hacia el turismo cultural como generador de desarrollo humano, transformando la vida de la gente.
Sectores como Deporte, Infraestructura, Agro y Saneamiento Fiscal han sido sobresalientes. Pero en este momento quiero hablar de la ganancia que tuvo la cultura del ente territorial, teniendo como marco las grandes expresiones culturales ya institucionalizadas y aseguradas para su realización en el tiempo. La dosis cultural fue alta por lo que se construyo un ambiente y un panorama propicio para el desarrollo de todas las expresiones artísticas históricas y autóctonas de cada municipio y cada Región. Festivales como el del Jazz de Mompox, el Festimaría Montemeriano, el de Bandas que integra todo el Departamento en su capital Cartagena, el Festival Multicultural de la Tambora en el sur, y en el norte el Festival Bolivarense del Acordeón de Arjona, permiten entregar un legado cultural estructurado de manera que permite avanzar en las practicas costumbristas de identidad de nuestros coterráneos y sobre todo ofrecer sabores y olores propios de la tierra, la montaña, el río y la Costa Caribe.
Es un ambiente mágico que se produce al compás de acordeones, gaitas, tamboras, bombardinos y hasta saxofones, que permiten seguir creando una identidad cultural que se encontró sumida en el olvido y en el desorden del vaivén del parecer de quien organizaba sin tener una planificación y organización juiciosa, que permitiera crear una plataforma de difusión nacional e internacional que genera un sello Caribe y Bolivarense a la altura de grandes festivales y expresiones culturales del mundo.
Se ha activado la llamada Economía Naranja que no es más que la relación muchas veces desconocida entre cultura, creatividad y economía donde la cuantificación financiera de las actividades culturales y creativas es reciente; teniendo en cuenta que la cultura y los negocios alrededor de la misma jalonan como valor agregado la economía y crean un micromotor financiero alrededor de todo el mundo de las artes generando industrias y empresas culturales. Es naranja la economía porque este color según Frank Sinatra es el color de la felicidad, asociando cultura, transformación, identidad y creatividad.
Por esto hoy en el mundo es importante el desarrollo cultural y todas sus expresiones, el cine, la música, las artes visuales y escénicas, artesanías, la arquitectura, la moda y hasta los juguetes.
Ya Bolívar avanzó, necesitamos que este cambio en lo cultural siga y se sostenga; por lo que valoramos, defendemos, impulsamos y aprobamos la gestión de Gossain en cuanto a la economía creativa que impulsa decididamente la identidad bolivarense, la cohesión social, el patrimonio cultural del departamento y genera el ya anotado crecimiento económico en las regiones donde impactan estas expresiones.
La generación de empleo y emprendimiento cultural generará intercambio de bienes y servicios culturales, turismo diversificado y sostenible, modelos económicos alternativos, y un talento humano especializado en el desarrollo creativo y con una alta capacidad intelecto/cultural que trazara un cambio donde de ahora en adelante en Bolívar tendrá que tenerse en cuenta la valoración económica de todos los fenómenos artísticos y las expresiones culturales, sin dejar de lado la gran oportunidad que hay para el desarrollo y la proyección de los artistas locales bolivarenses.
Bolívar Ganador también es el Bolívar Cultural coloreado de naranja.
Carlos Feliz Monsalve