Por John Zamora.- (Director Revista Zetta).- Soy enemigo del voto obligatorio y poco amigo del voto en blanco. Por eso, cada vez que hay elecciones, acudo a votar, y así lo haré este domingo.
Con suficiente antelación tuve clara mi decisión, basada en lo que proponen y representan, en lo que han hecho y las personas que son, a sabiendas que no hay seres perfectos.
Creo que hay por quiénes votar y con el voto depositado tendré todo el legítimo derecho para exigir cumplimiento por Cartagena y Bolívar.
Resido en la Localidad 1 y votaré por Federico de la Rosa, líder de las asociaciones de vecinos, un hombre cívico.
La decisión más difícil fue la del Concejo de Cartagena. Hay múltiples opciones para los electores. Si quieren votar por mujer, ahí está Duvinia Torres o Judith Díaz. Si es por jóvenes, están Jorge Useche, Zaith Adechine, Raúl Vargas o Erich Piña. Si es por alguien comprobado, está Vicente Blel, César Pión, David Múnera o Mello Otoya. Si es por liderazgos, están David Caballero, Rodrigo Reyes, Javier Curi, Bernardo Raad, Germán Cardona. Yo votaré por un nuevo liderazgo: Óscar Marín.
Para la Asamblea Departamental tengo recomendaciones: Luis Padilla, Miguel Cuéter, Libardo Simancas Guardo, Manuel Berrío, Manuel Bula, Jorge Redondo, Happy Becerra. Mi voto es por un diputado respetado, con liderazgo y autonomía: Jorge Rodríguez Sosa.
La decisión para la Alcaldía de Cartagena la tomé el 7 de marzo pasado. Ese día Manuel Vicente Duque Vásquez me confió que iba a postularse. Lo conozco desde que jugábamos en los recreos en el patio del colegio Salesiano. Luego nos fuimos para Bogotá a estudiar comunicación social en la Universidad Externado de Colombia. Se convirtió en un excepcional periodista deportivo, y después incursionó en el periodismo social con comprobada solvencia. Creo que las personas de nuestra generación y de nuestro ámbito social tenemos todas las capacidades y el derecho para gobernar a Cartagena; repelo las voces que anuncian cataclismos o lo descalifican por su sencillez humana; sé que hay sectores privilegiados que lo mascan pero no lo tragan, y que olvidan que esto se llama democracia. A los que nos gusta Manolo, votaremos por él. Al que no le guste, que actúe en consecuencia. No nacimos el día que repartieron los miedos.
Hace diez años, cuando yo era jefe de prensa de la Gobernación, vi llegar a posesionarse como director del alicaído Iderbol a un dirigente que había estado en el PNR, en Distriseguridad y en la secretaría del Interior del Distrito. Ese instituto era un “hueso”, desfinanciado y sin espíritu. Pero Dumek Turbay lo puso de pie. Varios gobernadores lo ratificaron hasta llegar Juan Carlos Gossaín. Fue su más brillante funcionario, de lejos.
Como candidato ha demostrado tener ideas, programa y discurso, con una capacidad inagotable de trabajo, carácter para tomar decisiones y apego por las comunidades.
Bastaron un par de debates (en Ríos de Vida y en Uninúñez) para constatar la kilométrica diferencia programática y de don de gentes que le separan de la otra opción. Se evidenció que tiene a Bolívar en la cabeza y que sabe cuál es el camino. Votaré por Dumek Turbay.
Este es mi tarjetón. Cada cual tendrá el suyo. Democracia también es respetar.