Por Ambrosio Fernández (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 28 de mayo de 2025.- La crisis estructural del puerto de Buenaventura —congestionado, inseguro y rezagado en infraestructura— ha afectado seriamente el comercio exterior del país. Sin embargo, esta coyuntura también representa una oportunidad estratégica para Cartagena: consolidarse como el nuevo centro logístico del Caribe colombiano y del país entero.
Nuestro puerto, reconocido por su eficiencia, su tecnología y su conectividad con más de 750 destinos en el mundo, está mejor posicionado que nunca para recibir carga proveniente de Asia vía Canal de Panamá. Pero el verdadero reto —y la verdadera oportunidad— está en articular ese potencial portuario con un sistema multimodal que permita movilizar la carga hacia el interior de Colombia de forma ágil, segura y competitiva.
Aquí entra en juego una joya logística subutilizada: el Canal del Dique, una vía fluvial histórica que conecta Cartagena con el río Magdalena. Con inversiones adecuadas, dragado, mantenimiento sostenible y un enfoque estratégico, el Canal del Dique puede convertirse en un eje fundamental para transportar mercancías desde el Caribe hasta el centro del país, integrando transporte marítimo, fluvial y terrestre en una sola cadena de valor. Esta integración no solo reduciría costos logísticos, sino que también disminuiría la presión sobre las vías terrestres y haría más competitivo al país en términos ambientales.
El desarrollo del Canal del Dique como corredor multimodal no puede quedar solo en los planes. Se necesita liderazgo político, articulación interinstitucional y visión empresarial. Desde el gobierno local y departamental, hay varias tareas urgentes: Mejorar la infraestructura vial y fluvial que conecta el puerto con corredores estratégicos, Apostar decididamente por el desarrollo multimodal, con el Canal del Dique como eje de integración logística, Promover la formación de talento humano técnico y profesional para un sector en expansión y Asegurar la sostenibilidad ambiental del canal y de la operación logística regional.
Cartagena tiene en sus manos la posibilidad de transformarse en el nodo logístico más importante de Colombia. No solo como solución temporal a la crisis del Pacífico, sino como motor de desarrollo sostenible, generador de empleo e impulsor de innovación. Si miramos al futuro con ambición y coordinación, la ciudad puede convertirse en un modelo logístico regional que aporte al crecimiento económico del país entero.
La ciudad necesita unir esfuerzos en liderazgo y planificación. Si actuamos hoy, con decisión y estrategia, Cartagena no solo será un puerto, sino el punto de partida de una nueva Colombia conectada, moderna y competitiva.