“Píter Picúa”, el eterno turista del deporte

Me cuenta mi amigo “Joche” que cuando él era jugador de béisbol y softball por allá en la época del ruido, cuanto se jugaba con bate de madera, marca Lousville, y no había llegado el aluminio, existió un directivo que se la pasaba cobrando las “picúas” de las diferentes ligas y viajando siempre para todas partes cando Colombia participaba en un evento internacional.

Era tanta la pasión por las picúas y por las dádivas de este personaje que, me cuenta mi amigo, una vez contrató una buseta más pequeña para quedarse con el excedente, de tal forma que los jugadores de la época se sublevaron y no quisieron ir al estadio a jugar hasta que trajera la buseta con la capacidad que realmente se necesitaba. “Ese man si era bueno para las picúas, le sacaba a todo, si mandaban a pedir un transporte allí estaba él, los uniformes, también, a todo le sacaba, incluso a los viáticos de los deportistas también los “esquilmaba”.

El viejo Píter le gustaba el bajo perfil, solo se le veía en las fotos de los cocteles y las fiestas que hacía la Federación, donde él se ponía la mejor guayabera americana, de esas que una vez llegaron en las famosas pacas que estaban en frente del Magaly Paris de la Matuna. Y es que el Píter sabía lucir como todo un “gentleman” y hacer alarde, con su voz apresurada y corroñosa por lo años, que todavía podía satisfacer a una jovenzuela a pesar de ser septuagenario.

Me cuenta Joche que una vez también en un campeonato nacional, no sé de qué deporte, el propio “Píter Picúa”, como le decían sin que se diera cuenta, elaboró de manera perfecta una serie de abonos para venderlos a todos los presentes y de esta manera poder hacerse un buen botin, tanta fue su mala suerte que alguien lo “sapeó” y los abonos tuvieron que ser recogidos por el propio piter y guardados quizás para utilizarlos en una de esas idas a hacerse del cuerpo. El viejo Joche con su parla de burro viejo seguía la conversación con más interés que su receptor, continuaba manifestando todas las anécdotas de este personaje.

“Compa vea, el man era tan bravo que si tú te descuidabas te sacaba los pantaloncillos, sin quitarte los pantalones, y de quitarte las medias sin quitarte los zapatos, pero era una man bacano, el man era un “picuero” de bajo perfil, o como diría el viejo David Sánchez Juliao QEPD, Man que desde su inteligencia natural podía ser un cleptómano, con su víctima dándose “de” cuenta, si pillaste viejo mono..? Te explico, es que el man era necesario en ese entonces, porque las cosas funcionaban y nadie decía nada y el man se fue de este mundo, y yo cuando fui a mirarlo en el cajón, yacía con una sonrisa con los dedos pulgar y el índice apretados, como diciendo “Dame billete”, es como una metáfora de la “life” viejo mono.

De inmediato el viejo Joche se fue caminando con su golpe de cadera que escondía una traba perpetua, no sin antes decirme: “Lo que si te digo es que el espíritu de Píter Picúa todavía deambula por las federaciones de nuestro deporte mi hermano, y de seguro alguien debe llevar las banderas de él, como el programa del molusco, es decir de Caracol: ¡A otro nivel!”