La temperancia intelectual – Opinión de Bernardo Romero Parra

Por: Bernardo Romero Parra (Especial para Revista Zetta).- Aplicando rigurosamente la objetividad de la razón y la justicia en el pensamiento y en la acción, observamos el acontecer de los recientes hechos de las manifestaciones en contra de la presunta intención que tenía la Ministra de Educación Nacional en promover la ideología de género en las instituciones educativas como una respuesta a la orden de la corte constitucional de incluir en los manuales de convivencia normas en contra de la discriminación a la población lgtbi, encontrando que se cometieron errores que provocaron la reacción de la ciudadanía como el de los asesores y autores de las cartillas en anteponer sus intereses colectivos y personales (al pertenecer a la comunidad lgtbi) aplicándolos de forma general y explicita en el material didáctico, incurriendo en la exclusión que ellos mismos critican a los grupos heterosexuales de tratar de imponer sus conceptos y creencias sobre las minorías.

La verdadera evolución social requiere del respeto a los derechos de quienes conviven con nosotros, no podemos pretender de que se respeten nuestros derechos, mientras desconocemos los del otro, tampoco es aceptable que exijamos el cumplimiento de las normas de convivencia, buscando argucias a nuestro favor para violentar las leyes por ejemplo, la situación de las parejas del mismo sexo que ocupan cargos en el gobierno y en las corporaciones públicas como el congreso, ¿ Porque si se reclaman igualdad de derechos para esta clase de parejas porque no se aplican a ellas similares inhabilidades legales para el ejercicio de cargos como a las parejas heterosexuales? ¿Por qué ninguna organización de la comunidad lgtbi se ha pronunciado sobre los casos en comento?

Compartimos y promovemos el respeto a los derechos de cualquier persona, en especial el de las personas con orientación sexual diferente, reconociendo en ellos sus cualidades y dimensiones como integrantes de la gran raza humana, lo evidencio en mis conferencias sobre ética al manifestar el concepto de admitir como hecho normal las relaciones entre personas del mismo sexo a quienes debemos tratar con consideración a su dignidad humana, sin ninguna clase de discriminación, pero de igual manera también considero que los integrantes de los colectivos lgtbi deben asumir compromisos de acatamiento a las normas de convivencia, al igual que todos los habitantes de las comunidades donde residen.

Reiteramos la posición de no estar de acuerdo con acciones, ni palabras que expresen violencia contra otro ser humano por sus preferencias sexuales como lo han hecho recientemente partidarios de una u otra causa contra los que no comparten sus ideas, pero en el caso de los que apoyan y hacen parte de la causa gay , hay muchos que han tenido la oportunidad de obtener grandes conocimientos científicos ostentando dignidades dentro de la sociedad, pero que hoy asumen actitudes contradictorias, imponiendo ideas, golpeando aquí y allá, descalificando a quienes no piensan como ellos con epítetos irrepetibles en artículos y boletines de prensa, olvidando que toda lucha por la reivindicación de derechos , desde el rincón más humilde al más elevado de la tierra, exige ponderación para no perturbar el espíritu de la multitud, que en ultimas fue lo que sucedió provocando el pronunciamiento colectivo de cientos de miles de personas que percibieron el riesgo de quedarse indiferentes ante la acometida impetuosa de la ideología de género en las instituciones educativas.

El llamado es a la temperancia, a examinar los derechos de cada uno de los que viven con nosotros compartiendo el mismo territorio, sin menospreciar conquistas ajenas, procurando, primeramente entender a quién piensa y actúa diferente a nosotros, porque en la tierra el saber no lo es todo, también es necesario actuar con calma, serenidad y cooperación para lograr el éxito en los propósitos.

Bernardo Romero Parra

P.U. Comunicación Social Periodismo.

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