No más luces al arbolito
El país está en modo plebiscito, cada cual optará por el Sí o el No, y nadie quiere colgarle más lucecitas al arbolito, por más brillantes que sean.
Resulta inoportuno pretender la ocasión para hacer otras preguntas, como lo planteó el personero de Cartagena, William Matson Ospino.
Abonándole la buena voluntad, ese plebiscito no es el momento para pedirle a los costeños se pronuncien si quieren o no que Electricaribe siga prestando sus servicios.
Otros temas también ameritan consulta como el aborto, cadena perpetua a abusadores de menores, matrimonio gay, mar de San Andrés, y no por trascendentales “clasifican”. El tema es uno solo: aprobar o improbar los acuerdos de La Habana.
Así que, Personero, será en otra ocasión.
El “lloriqueo” que resulta
Desde la ley 1 de 1991 cambió todo el esquema portuario y se abrieron paso las concesiones, como la que opera la Sociedad Portuaria de Cartagena, opulenta y poderosa, que ha sido protagonista de varios temas de impacto como el corredor de Carga, rellenos para ampliación, canal de acceso, entre muchísimos otros. También es un actor en la industria del turismo por su capacidad para recibir cruceros. A la SPRC, en cabeza de su gerente Alfonso Salas, le ha funcionado la estrategia de llorar y llorar cada vez que se le cae una pestaña, y las lágrimas más recientes han sido para pedir que se rebaje o elimine el impuesto de US$35 a los nacionales que salen por el puerto. Lo que nunca se ha escuchado es que esa empresa rebaje sus tarifas, o mejore la situación de los guías de turismo, o retribuya a los miles de cartageneros por las incomodidades que hay que conceder a las busetas repletas de turistas. ¡Definitivamente en la SPRC reina la ley de lloriqueo!
Manolo no se mueve de Cartagena
Los que viven atentos de los viajes del alcalde Manolo podrán descansar hasta el lunes 26 de septiembre, pues no piensa moverse de la ciudad para estar al frente de todo lo que le compete para la ceremonia de firma del acuerdo de paz entre el gobierno nacional y las Farc. Por ello ha programado consejos de seguridad y reuniones de coordinación para apoyar en lo pertinente a la Presidencia y Cancillería, y cumplir con el propósito de tener a la zona como una tacita de plata.