Por Erich Piña Féliz (Especial para Revista Zetta).- Los recientes hechos de inseguridad que han ocurrido en Cartagena en los últimos días y horas ponen de manifiesto que no se puede bajar la guardia ante las múltiples causas de este fenómeno y que es hora de actuar de manera contundente, radical e integral.
Contundente porque no pueden ser paños de agua tibia, ni medidas de unos pocos días que pierden impacto cuando no se continúan, ni son sostenibles en el tiempo y que paradójicamente lo que hacen es intensificar las reacciones de los delincuentes quienes aprenden rápidamente a identificar y a llenar los vacíos que va dejando la autoridad.
Radical porque aunque hay temas sensibles como el relativo a si el mototaxismo suple la falta de empleo o genera inseguridad; o si hay que restringir los horarios de los sitios de diversión; ampliar el pie de fuerza y que haya más presencia de la policía en las calles a riesgo del deterioro de la imagen ante el turista; a pesar de todas estas consideraciones habrá que considerar la puesta en marcha de varias medidas regulatorias y exigir el control de su cumplimiento a las autoridades.
Integral porque la dimensión de la problemática amerita el concierto de todos, policía, administración distrital, empresarios de todos los sectores, líderes comunales, políticos, sistema judicial y todos los que tengan que decir y puedan intervenir sobre las causas y sobre las soluciones a tan grave situación y estado de las cosas, de tal manera que se logre integrar un equipo sólido con ideas, gestión y recursos suficientes unidos con el objetivo común de recuperar la seguridad y la tranquilidad de Cartagena.
La inseguridad y la violencia son multicausales, por lo que implica la necesidad de identificar las características de cada sector y zona de la ciudad. No se manifiesta igual en el sector turístico que en los barrios alejados; se nutre además de la violencia intrafamiliar, de la deserción escolar, del desempleo y la falta de oportunidades. Todo esto a pocos días del evento de mayor trascendencia para el país como es la firma del Acuerdo de Paz con la presencia de los delegados internacionales y de múltiples personalidades nacionales y en los cuales ya deberíamos estar experimentando la implementación del plan de seguridad diseñado.
En Cartagena somos más los buenos, los que no nos gusta la violencia y los que queremos aportar a recuperar la seguridad de la ciudad, no solo para eventos puntuales, sino para poder volver a sentir que podemos compartir y disfrutar en cualquier lugar sin miedo a que nos atraquen y nos hagan daño. A las autoridades les decimos que somos más los que queremos trabajar en equipo por la ciudad.
ERICH PIÑA FELIZ
Concejal de Cartagena