No la conoció pero se enteró de su muerte. El dolor le sacudió. Pasó toda una noche con ansiedad, con la indescriptible sensación del alma partida. Este jueves, bien temprano, encontró la forma de abrir el grifo de las emociones. Y se sentó a escribir. “A Emma”, lo tituló. A Emma Lucía Villareal Morales, la fallecida alumna del colegio Británico. Publicó el mensaje en su cuenta de Facebook y, de súbito, se hizo viral. Esto escribió Javier Posada Meola:
A Emma
Dudé mucho escribirte esta nota. Lo dudé por tus papitos, por tu familia, por tus compañeritos de clases, por tus amigos, por tus profesoras, por el señor de la ruta, por los médicos, en fin, por todos quienes te rodearon.
Emma, no tuve la oportunidad de conocerte pero a raíz de tu partida, todos hemos pensado muchísimo en ti. Nos embargan sentimientos muy fuertes de dolor y de solidaridad con tu familia.
Quiero escribirte esta nota porque todos quienes somos padres, te observaremos (aún sin conocerte) en cada uno de nuestros hijos, de alguna manera el sacudón que produjo tu partida nos ha llevado a valorar más, más y más cada instante que tenemos para compartir con ellos.
Fíjate Emma, a pesar que no estás aquí, sigues presente en la vida de muchísimas personas, incluso de muchos de los que no te conocimos.
No necesitaste ser médica para curar heridas, tampoco sicóloga y ya has mejorado relaciones padres-hijos, no fuiste abogada y ya obligaste que se revisaran la seguridad y los protocolos del transporte escolar, quizás serías artista porque tu partida ha sido una obra que ha puesto a vibrar muchos corazones, no fuiste arquitecta y estás ayudando a construir una nueva ciudad.
Estoy seguro que Dios te tiene a su lado, sonriente, tranquila, en un mejor plano, como lo merecen todos los angelitos.
Tus papitos, tu familia, están ahora muy afligidos, entenderás la falta que les haces, ¡pero Dios que es amor, los ayudará a sobrevivir a tu ausencia, sanará sus corazones y los llenará de fe!
Nos han enseñado que Dios «se rinde» ante las oraciones de los niños, te pedimos Emma que desde el cielo intercedas por todos los niños, que no haya más accidentes, no más violencia, que como sociedad reencontremos la razón de ser de su formación, que permitamos que vivan plenamente su niñez, que el amor sea el manto que siempre los cubra.
Emma, dentro de poco tu salón, tu colegio, se llenará nuevamente, algún niño hará una pilatuna, algunos volverán a reir, pero para ellos y para quienes conocimos lo sucedido la vida será muy distinto de ahora en adelante.
Finalmente, todos debemos aprovechar este doloroso momento para reforzar los valores familiares, la relación con los colegios, reencontrarnos como sociedad y forjar «un invencible ejercito» para proteger a nuestros niños.
¡Cuánto dolor! ¡Cuánta esperanza!