(Por John Zamora – Director Revista Zetta).- Murió un verdadero político, de los que ahora escasean, con verdaderas convicciones ideológicas. Un liberal auténtico, que tomó decisiones con apego a su ideología y no a intereses coyunturales individuales.
Si las nuevas generaciones quieren saber cómo es un buen político, bien podrían auscultar la vida pública de Argemiro Bermúdez. Venido de su natal Ciénaga de Oro, se graduó en Economía en la Universidad de Cartagena, y fue por muchos años un faro ideológico del Concejo de Cartagena, conocedor de la ciudad gracias a su criterio analítico y a su ejemplar paso por la gerencia de las Empresas Públicas de Cartagena. Las urnas le negaron ser alcalde de Cartagena o representante a la Cámara, pero las derrotas jamás pudieron borrar la acentuada impronta de una convicción política férrea, genuina e inagotable.
A diferencia de otros liberales que buscaron refugio o alianza en nuevas colectividades políticas, Argemiro siempre se quedó en el Partido Liberal, y no como mero militante raso, sino como una fuente de criterio y ejemplo de conducta. También descolló como un liberal disciplinado, que controvertía dentro del partido pero que, cuando había una decisión oficial de la colectividad, la respaldaba.
Su más reciente batalla la libró en favor del Sí en el referendo del pasado octubre, tanto por su convicción individual de respaldo al proceso de Paz de la Habana, como por su disciplina partidaria.
Así como la política pierde a un verdadero ejemplo, la dirigencia deportiva también está de luto. Tan grande fue su tarea en el movimiento olímpico como en la conducción del softboll, y su devoción por el beisbol o el boxeo.
Gran parte de la dirigencia política, deportiva, cívica y sus amigos también recordarán las largas horas de amena tertulia en su finca, y sus legendarios chicharrones.
Revista Zetta lamenta profundamente su fallecimiento, extiende sus condolencias a sus familiares, y exhorta a la ciudadanía a apreciar por siempre el ejemplo de vida e ideología de Argemiro Bermúdez.
El director de Revista Zetta, John Zamora, recuerda que siempre Argemiro le saludaba cambiándole el nombre: “Hola, John-John Molina”, el referencia a un boxeador con ese nombre, y luego hablaba con firmeza de su visión del momento político.
Con ocasión de la muerte de Argemiro, Zamora prepara una crónica de la famosa foto que publicó cuando era editor político de El Universal, y que algunos consideran que fue la que le quitó la oportunidad de ser alcalde.
Paz en la tumba de Argemiro Bermúdez Villadiego.
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