Por: Fernando Nicolás Araújo (Senador de la República – Espedial para Revista Zetta).- Medellín cuenta con una fuente de recursos de libre destinación, que sirve para financiar los proyectos de esa ciudad, del tamaño de casi todo el presupuesto de Cartagena. Esa cascada de recursos tiene origen en el manejo independiente de sus empresas públicas.
Cartagena de Indias, tiene en su poder una joya en bruto que podría emular la experiencia de Medellín y convertir a Cartagena en un distrito con finanzas públicas robustas para poder emprender grandes proyectos sociales y de ingeniería.
La Empresa de desarrollo urbano de Bolívar SA (EDURBE SA) es una sociedad de tipo industrial y comercial del Estado. Aunque es de propiedad del Distrito y de otras entidades públicas se rige por el derecho privado. Edurbe cuenta con activos en todo la ciudad que pueden tener un valor comercial de 300.000 millones de pesos. Además, es una empresa que puede realizar labores de consultoría, estudios técnicos y gerencia de proyectos, incluso puede prestar servicios a los sectores públicos y privados de Cartagena y de otras regiones.
Sin embargo, en ninguno de estos elementos radica la principal ventaja de esta empresa. Lo que hace a Edurbe única y le otorga una gran ventaja competitiva, es que por ley puede recuperar terrenos para venderlos o explotarlos.
Una empresa con semejante ventaja ¿Por qué tiene problemas de liquidez? ¿Qué le hace falta a Edurbe para ser una empresa de primer orden? Edurbe vive al vaivén de los ciclos políticos, concentrada en su día a día y los convenios para contratar obras de responsabilidad del Distrito la tienen enchicharronada.
El ingeniero Alfredo Bula, actual director de Edurbe, está emprendiendo una reestructuración de esta entidad guiado por expertos en la materia. Es el momento de sanear Edurbe, darle una estructura organizacional acorde con su objeto social y de otorgarle una independencia que la blinde de los ciclos políticos. Así como el Banco de la República ha logrado conservar su independencia, como empresas de capital público como EPM, ETB, la empresa de energías de Bogota e incluso hasta hace un año Isagen lograban conservar un manejo independiente con visión de largo plazo, así mismo debe dirigirse Edurbe.
Una alternativa puede ser una Junta Directiva presidida por el acalde mayor de Cartagena, acompañado de algunos de sus secretarios y rodeado de los gremios, las universidades, los sindicatos y representantes de las comunidades, con un sistema de rotación que permita un equilibrio entre la memoria y la renovación.
Esta iniciativa permitiría que los cartageneros contáramos con una empresa de primer orden que lidere los macro proyectos de la ciudad, una verdadera estructuradora de proyectos y una gran fuente de recursos de libre destinación para acometer las obras sociales y de infraestructura que con tanta urgencia se requieren.