Contraloría abre juicio fiscal por desangre de Reficar

Los millonarios sobrecostos en la refinería de Cartagena (Reficar) denunciados por la Contraloría General de la Nación, terminaron en la apertura del mayor juicio de responsabilidad fiscal en la historia del país.

Entre los funcionarios llamados en el proceso fiscal están quienes hacen o hicieron parte de la junta directiva de Ecopetrol. Ellos son el ministro Mauricio Cárdenas, el presidente de Ecopetrol Juan Carlos Echeverry Garzón, el exmiembro de la junta directiva Fabio Echeverry Correa, el exministro Mauricio Santa María Salamanca, además del ministro Luis Carlos Villegas.

La Contraloría también abrió un proceso de responsabilidad fiscal contra Hernando José Gómez, Carlos Rodado Noriega, Federico Rengifo Vélez, Joaquín Moreno Uribe, Ana Fernanda Maighuasca, Amilkar Acosta Medina, Roberto Steiner Sampedro, Jorge Pinzón Sánchez, Tomás González Estrada, Luis Fernando Ramírez A, Gonzalo Restrepo, Horacio Ferreira y Henry Medina González.

Además fueron llamados a proceso de imputación fiscal los funcionarios de la Refinería de Cartagena: Orlando Cabrales Martínez, Reyes Reinoso Yanes, Felipe Castilla, Magda Manosalva, Carlos Eduardo Bustillo, Andrés Virgilio Riera, César Luis Barco García.

De otro lado, también serán investigados fiscalmente los miembros de la junta directiva de Reficar. Ellos son Javier Gutiérrez, Pedro Rosales, Diana Calixto, Gloria Inés Cortés, Hernán Martínez, Hernando José Gómez, Henry Medina, Natalia Gutiérrez, Uriel Salazar, Astrid Martínez, Carlos Gustavo Arrieta y Carlos Eraso.

Los contratistas que serán investigados son Chicago Bridge & Iron Company, CBI Chigado Bridge & Iron, CB&I UK Limited, CBI Colombiana S.A., Foster Wheller Usa Corporation y la firma Process Consultants Inc.

La Contraloría lleva cerca de dos años en esta investigación para determinar dónde y porqué se produjeron los mayores pagos en la obra de ingeniería más costosa que ha tenido el país, y que vale mucho más  que la ampliación del canal de Panamá que demandó inversiones por 5.500 millones de dólares.

Según el ente fiscalizador el detrimento para la nación de 6.080 millones de dólares está representado en las deficiencias en la ejecución de las diferentes etapas del proyecto y que están estimadas en 4.144 millones de dólares, así como el lucro cesante por la entrada tardía en operación de Reficar, que implicó dejar de recibir 1.936 millones de dólares.

La Contraloría puso en evidencia millonarios sobrecostos en la compra de materiales, por los cambios en la estrategia del proyecto, por la pérdida de productividad, por las mayores horas pagadas, así como el incremento en las cantidades.

A ello se sumó la parálisis en las operaciones por parte de los trabajadores de la refinería entre el 16 de julio y el 23 de septiembre de 2013 que impactaron negativamente el desarrollo del proyecto en 565 millones de dólares.

El ente fiscalizador denunció en su momento una verdadera feria de contratos, muchos de ellos desventajosos para el Estado y con sobrecostos superiores al 100 por ciento. En el caso de los altos directivos de CB&I se habló de pagos de hasta 400 dólares por hora.

Debido a estos mayores valores y a las actuaciones irregulares, la  rentabilidad actual del Proyecto es de apenas el 4,35%, es decir, inferior al costo de la deuda del 5,5%). Por cada peso aportado por los accionistas de Reficar a capital, esta sociedad  debe 7 pesos. Ecopetrol es acreedor directo de Reficar por 484 millones de dólares y es acreedor indirecto a través de Ecopetrol Capital AG, de Reficar por 1.983 millones de dólares, al tiempo que es garante de los créditos con la banca internacional por 3.223 millones de dólares.

Cabe señalar que por estos millonarios sobrecostos Ecopetrol y Reficar tienen una demanda ante tribunales internacionales por 2.000 millones de dólares en contra de CB&I.

En su defensa varios de los implicados han señalado en diversas ocasiones que no tenían otra opción distinta a aprobar los pagos a CB&I porque hubiera sido más costoso para el país haber parado el proyecto y buscar un nuevo contratista. Dicen que cuando Glencore se retiró del proyecto dejó con las manos atadas a Ecopetrol porque impuso como contratista a CB&I.

Además, aseguran que si la refinería terminó costando el doble de los previsto inicialmente esto obedeció a que el proyecto se cambió de una manera radical con el fin de hacer una planta más moderna y con mayor capacidad, lo que demandó la compra de mayor cantidades de materiales y la contratación de más mano de obra.

Lo cierto es que este proyecto deja lecciones para el país sobre lo que no se debe hacer en materia de contratación, la falta de una auditoría y de controles más estrictos.