Opinión de Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- Tener que pagar por botar algo que es nuestro, que tiene valor y además entregárselo a alguien que lo va a convertir en basura, ya es algo que suena estúpido pero es una acción que realizamos todos los días, a todas las horas. El colmo.
Estaba leyendo en estos días el problema del relleno de doña Juana en Bogotá y que es el mismo problema que cíclicamente pasa en Cartagena, que no es otra que sacarle dinero a la gente por botar materiales reciclables, en un 90 % pagando tarifas millonarias y contaminando los suelos, todo porque los dirigentes tienen cientos de años mirándose el ombligo y creyendo que esa es la única manera de gestionar los residuos.
Luego el Gobierno nacional insta a las autoridades locales a mirar por más opciones de rellenos sanitarios y muy vagamente mencionan la palabra reciclar. ¿Reciclar? ¿Qué? ¿Me viste cara de zarrapastroso?
¡Pues no, señores!
En una ciudad como Cartagena, que produce alrededor de 1.300 toneladas de residuos diarios, estamos hablando de un diamante en bruto, un generador de empleo, un generador de recursos para el Distrito y por supuesto un excelente negocio para las actuales empresas operadoras de aseo, que son las que al final deberían, junto con la Alcaldía, estructurar el nuevo esquema de negocio de procesamiento de residuos, la nueva industria para la ciudad, miles de empleos y miles de recursos que hoy día se tiran literalmente a la basura. ¡Están allí! No los pueden ver pero está funcionando en otros países y de qué manera, ¡un éxito total!
Desde dónde inicia
El negocio de los residuos inicia en el mismo momento en que cada producto está siendo empacado en su fábrica, su código de barras y número de serie será referenciado junto con el nombre del comprador en el supermercado, en la tienda del barrio, en el almacén de cadena, en el momento de la compra, el producto y lo que suceda con él será responsabilidad de este.
El Distrito tendrá que iniciar una labor de concientización y de educación desde los jardines infantiles, escuelas de primaria, bachillerato, universidades, gremios, barrios y empresas para que todo ciudadano tenga claro cómo funcionará esta nueva estructura que le va a cambiar la cara a la ciudad en todos los aspectos, además que generará recursos inmensos que traerán bienestar y beneficios a toda la pirámide de producción.
Pero sigamos…
El individuo llega con la compra a la casa y allí está la cartilla de cómo debe ser esta clasificación, tendrá en su casa diferentes contenedores de residuos (mal llamados botes de basuras) donde los materiales orgánicos, el aluminio, el papel, el cartón, los plásticos, las latas, todo debe ser depositado en su sitio y previamente lavado.
Esta labor de clasificación la puede hacer el tío que no hace nada o la señora que realiza labores varias o el muchacho que está de vacaciones; seguro se pelearán por hacer la clasificación ya que al hacerla de la manera adecuada, accederán a tarjetas de puntos para compras y descuentos, bonos para transporte así como rifas con premios espectaculares.
Pues no me da la gana….
Seguro que habrá mucha gente que por un asunto de tiempo, por simple rebeldía o porque no les da la gana, no querrán hacer la clasificación de residuos; para ellos también hay solución, ellos podrán pagar y otra gente los clasificara por ellos, la empresa y el Distrito lo harán.
De la casa a la fábrica…
Luego que los residuos son transportados, no llegan a un relleno sanitario, pues estos no deberían existir ya que son un atentado contra la salud de toda la ciudad, contaminan las fuentes hídricas además que son generadores de exclusión y pobreza. Los residuos son transportados a fábricas de reciclaje y producción donde los espera otro personal para continuar con el proceso.
Productos especiales
Ropa usada, baterías usadas, electrodomésticos que no sirvan, muebles viejos, todos tienen clasificación especial y tienen también su manejo y su destino donde serán separadas sus partes que entrarán a jugar en otro proceso, nada se queda por fuera, casi todo vuelve a ser usado otra vez.
Thinking
Toneladas de aluminio que serán convertidos en envases otra vez, toneladas de botellas que serán procesadas para reconvertir su uso, latas de todos los tipos que entrarán a jugar nuevamente en la cadena de producción, toneladas de residuos orgánicos que irán a convertirse en energía utilizados en plantas de biogás o abonos industriales. La palabra basura deber ser repensada, estamos jugando al tonto con nuestros residuos, ese es un negocio que está allí para generar beneficios con algo que no le estamos dando el manejo adecuado.
Para los dirigentes de Cartagena, dos pasos que tendrían que dar:
- Entrar a Google y mirar basuras en Suiza y Japón.
- Coger una calculadora y multiplicar 1.300 (el número de toneladas de residuos diarios de Cartagena) por $1.000 que eventualmente podrían sacar de utilidad por cada tonelada de residuos.
El total de esta operación matemática sería $1.300 millones diarios, quiere decir $39.000.000.000 (treinta y nueve mil millones de pesos mensuales)
¡14 millones de dólares mensuales!
La otra opción sería que se sigan mirando el ombligo, que sigan contaminando y continuar botando este dinero en el relleno sanitario.
¡Un abrazo!
Alvaro Royo
Xiamen-China
enchina@gmail.com