Por Alvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen-China).- Las creencias religiosas son como el idioma y la comida, lo que te gusta, practicas y hablas depende única y exclusivamente del sitio donde naciste; obviamente, como la excepción hace la regla, hay minorías que no siguen este patrón pero que no afectan el balance final, digo, a la gran mayoría.
Diversidad
He tenido la oportunidad de compartir muchas veces mesa y reuniones con gentes de diferentes países, y claro, con diferentes gustos y creencias. Encontrarte en un sitio donde vas a hablar con un ruso ortodoxo, o con un libanés católico, otro egipcio practicante del Islam y además varios chinos sin religión, te pone de frente a una situación bastante especial.
Yo como cristiano y acostumbrado a ver a mi familia discutiendo sobre la Biblia y defendiendo su interpretación con bandos divididos entre los que se quemarán en el infierno y los que tampoco llegarán muy lejos acusándose los unos a los otros (siendo todos cristianos) no me quiero ni imaginar qué hubiera pasado si mi madre hubiera practicado el Hinduismo, mi tía el Budismo y mi padre el Islamismo. Por eso las cosas parece que las han repartido bien y no nos tocó asistir a la eliminación física de individuos dentro de mi familia por cuestiones religiosas.
Volviendo a la reunión
En éstas de lo que menos se habla es de religión y si se hace, se hace desde una perspectiva de explicar y entender cosas sin el más mínimo asomo de imposición o de tratar de explicarle al otro que está errado o que no es como él piensa ya que al final ni ninguna religión posee la verdad absoluta ni ninguna está del todo equivocada.
Los extremos ya los hemos visto en televisión, y son de individuos que se pegan al fanatismo y se meten en el lío de creer que están en lo cierto y tratan de eliminar físicamente al otro solo por no pensar igual. Las religiones todas en su esencia predican la tolerancia y la convivencia, el respeto y el buen trato. Bueno… Casi todas
Pero también…
Llama la atención el líder de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, que además del mensaje de tolerancia agrega algo un poco nuevo dentro del discurso de esta religión y es ese mensaje de inclusión donde no te condenan por ser gay o divorciado, el mensaje es de recibimiento total, además de la invitación al clero para no enriquecerse, cosa que es bastante normal en los curas católicos y en los pastores protestantes de estos tiempos donde se les ve ostentando lujosos carros indecentemente costosos, comprando propiedades que no deberían y manejando un discurso de humildad pero practicando exactamente lo contrario.
De todas formas
Si comes ajiaco o sancocho, te gusta el arroz con coco con el pescado frito y además hablas español entonces seguro eres cristiano
Y si te gusta el hahini, el arroz de almendras así como el humus y además hablas árabe, entonces debes ser parte del Islam.
Y si por el contrario hablas hindi, te gusta el pollo madras, el arroz briani y el curry, entonces practicas el Hinduismo.
Mi madre se quedaba ronca diciendo que si ella hubiera nacido en la Republica de Irán también hubiera sido cristiana y de pronto, quien sabe, lo que sucede es que las cifras y la realidad no soportan mucho lo que decía y defendía.
La religión, la comida y el idioma van de la mano y si en Cartagena se nos aparece la imagen del Sagrado Corazón en la paredes húmedas y en el fondo del pocillo del café, acá en China se aparece la imagen de Buda igualmente en las montañas, en el fondo de las tazas de té, en las paredes también y en las nubes.
¿Y los iranís? Pues a estos durante la intervención de Mahmud Ahmadinejad en la Asamblea General de la ONU el 5 de octubre de 2012, vieron como un rayo divino caía del cielo iluminando a su presidente. Lo vieron ellos, yo acá en China no vi nada y mi mamá en Cartagena mucho menos.
Thinking
La religión hay que llevarla como eso, como una herramienta de convivencia que es muy útil porque nos permite vivir en paz, llevando la vida en bien con la gente que nos rodea, el asunto es cuando la tomamos muy en serio y estamos dispuestos a hacernos matar por eso.
Imprescindible saber que en lo que creemos no es otra cosa si no lo que nos tocó por el sitio donde nos parieron, no fue ni siquiera elección nuestra, es algo que nos colgaron encima el día que nacimos y ni siquiera nos consultaron.
Pero hay que creer en Dios, en nuestro Dios, y muy importante el respeto por el Dios y las creencias del otro, siempre. Si crees que esto no es así, pues ve a que te sirvan un sancocho trifásico y un arroz con coco en un restaurante árabe. ¡Y me cuentas como te va!
¡Un abrazo!
Alvaro Royo
Xiamen-China
enchina@gmail.com