El gobernador de Bolívar Juan Carlos Gossaín se ha quejado en todos los tonos y todos los escenarios sobre lo ocurrido en la Casa del Consulado.
Aunque era una edificación vetusta, bajo el gobierno de su antecesor Alberto Bernal se hicieron algunos trabajos de restauración, lo que quedó consignado en una placa de mármol que podrían ver todos los maestros que se acercaban a la sede de la Secretaría de Educación Departamental.
Sin embargo, la construcción del hotel Bastión, justo en el lado izquierdo de esta casa, precipitó una serie de grietas por todo el flanco, que obligaron a abandonar el inmueble.
Los perjuicios para la Gobernación de Bolívar y Alcaldía de Cartagena, propietarios del inmueble, han sido evidentes.
Gossaín no duda en tildar de delincuente a quien ordenó los trabajos de dicho hotel, y exterioriza la descripción con una burla, pues al lujoso restaurante que allí opera le colocaron –oh coincidencia- como nombre “El Gobernador”.
Por causa de esa construcción existe un proceso jurídico –le hemos solicitado a la Gobernación que nos informe sobre su actual estado-; sin embargo, el gobernador ha exteriorizado varias veces su inconformidad con el IPCC, por su letargo frente ala protección de este patrimonio de la arquitectura colonial de la ciudad.
La Secretaría de Educación Departamental despacha hoy desde oficinas arrendadas en el Edificio Inteligente de Chambacú, a un alto canon mensual.
Revista Zetta hizo un recorrido por las instalaciones de la Casa del Consulado y comprobó que allí hay un desplome a la vista. Las grietas son protuberantes; los pisos del mezzanine y segundo piso están cuarteados; los marcos de puertas, ventanas y ductos presentan agrietamientos crecientes; en general, todo hace presagiar que la edificación podría venirse al suelo.
¿Qué pasará? Los únicos dolientes han sido el gobernador Gossaín y los medios de comunicación. Indiferencia reina por el IPCC, un instituto del Distrito al que parece quedarle grande el cumplimiento de sus funciones para la protección del patrimonio. El propietario del edificio donde está el nuevo hotel nunca responde llamados; la justicia y los organismos de control deben pronunciarse.