Ni 24 ni 25….Ni Primero de Enero – Opinión de Álvaro Royo desde Xiamen

Por Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- El ambiente festivo que se vive estos días en los países occidentales es totalmente desconocido para la sociedad China. Bueno, lo era, porque ya tibiamente se escucha y se ve algo dentro de las comunidades de extranjeros acá y en los almacenes y centros comerciales. Pero para el chino del común no deja de ser una celebración que no tiene nada que ver con ellos, no la sienten y les da igual, son días normales por acá.

Nosotros no lo podíamos creer recién llegados cuando veíamos que el 24, 25, 31 y primero de enero eran días de trabajo normal, la gente se levantaba como cualquier día y los colegios y bancos funcionaban como si fuera un día de abril. ¿Qué? ¡Noooo, como puede ser posible?

Pero es así, esta sociedad no es cristiana y creen en otras cosas y tienen otro tipo de festividades y diciembre es un mes cualquiera y enero, a menos que caiga fecha del calendario lunar que es la del año nuevo chino, para ellos también es un mes normalito.

De todas formas no dejaba de parecerme un caso inexplicable, raro y extraño ver el bus del colegio recogiendo a los niños un 25 de diciembre o un primero de enero, ya luego te vas contagiando de la normalidad de esos días por acá y aunque por dentro te rehúsas a aceptarlo, por fuera como que ya te da igual si faltan 5 pa las doce o no.

A mis hijos de 10 y 12 años les sigue poniendo el Niño Dios y aunque todos sus compañeritos del colegio le han dicho que eso es mentira que el Niño Dios no existe, aun así seguimos tratando de no quitarles esa magia que tiene el 24 y el 25 de diciembre para nosotros con aguinaldos y tal.

En estas fechas si te reúnes con amigos occidentales tendrás oportunidad de contagiarte un poco más y desde hace varios años ya hay colombianos atrevidos que preparan pasteles hayacas, perniles, pavo y todo el menú de lo que se ve en Colombia para estos días festivos

Se prende la fiesta y si todo va bien de repente suena la música de Lisandro Meza y Aníbal Velásquez y ¡ahí sí que importa si faltan 5 pa las doce o no! Vienen los abrazos por la navidad o por el año nuevo y si estás en un sitio público todos los chinos que estén alrededor se preguntarán ¿qué es lo que está pasando que esta gente se comporta así?

Este no es un país donde tu veas a la gente abrazándose, ni con extraños ni con amigos y ni siquiera a nivel familiar, las relaciones, amores y afectos se llevan por dentro y expresarlos no está dentro de sus costumbres ni su cultura, tienen otras maneras de expresar lo que sienten a su manera, la de ellos.

¿Cómo?

Pues con una mirada cómplice o exigiéndole buenas notas y buen comportamiento en el colegio si es tu hijo, regalándole una buena casa un buen carro y una tarjeta de crédito si es tu esposa, con una frase directa a la persona que se quiere halagar si es amigo o familiar, o con una copa de vino de arroz de 56 grados de alcohol levantando la copa y diciendo Gan- Bei, que quiere decir ¡fondo blanco, vaso seco! Y si no los dejas bien seco eso es considerado una ofensa de cuidado, pero nunca con abrazos ni pendejadas de esas en que nos ponemos nosotros allá en Colombia

Domingo 24

Este 24 de Diciembre de 2017 nosotros nos reunimos en casa con algunos colombianos que viven acá en Xiamen; Fernando y Rosy de Zipaquirá trajeron cordero y papas con ají pico de gallo, cachacos tenían que ser; Lorena, cachaca también, y Asis, su marido español, se lucieron con una tortilla de patatas como solo él sabe hacerla, buenísima y sin Cebolla! Héctor, un pastuso que vive acá hace más de 30 años, trajo un platillo cocal preparado por su esposa china; Sergio un abogado de Yopal –Casanare- las cervezas, y Cintia, una argentina de padres chinos que también vive acá, una ensalada gaucha. Nosotros nos encargamos del pavo y del arroz con coco, cartagenero y con frijolito negro.

Cenaremos, bailamos, cantamos las Cuatro Fiestas, gritaremos los temas de Diomedes, y todo lo que se nos atravesase desde el otro lado del mundo, sí, porque ni aun estando tan lejos podemos olvidarnos de dónde venimos, de darnos abrazos, y de ponernos hacer todas esas pendejadas.

Se me olvidaba: ¡Feliz Navidad!

 

¡Un abrazo!

Alvaro Royo

enchina@gmail.com

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