La protesta registrada este miércoles por el vencimiento de los contratos de vigilancia en los colegios distritales, ha destapado uno de esos galimatías administrativos que nada nos sorprenden:
Aunque es un tema del resorte de la Secretaría de Educación, la potestad de resolverlo le corresponde a la Secretaría General de la Alcaldía y a la Unidad de Contratación.
En otras palabras: cuando salpica el “agua sucia”, le cae al secretario de Educación de turno, que debe dar la cara, mientras que, “lejos del charco” queda el secretario general, quien es el que tiene la competencia para resolver el tema desde lo administrativo, presupuestal y licitatorio.
Una manera de explicar este asunto es la del periodista Juan Diego Perdomo Alaba, que en su cuenta de Facebook escribió esta certera radiografía:
“NEGLIGENCIA Y FALTA DE PLANEACIÓN”
El problema del contrato de vigilancia de los 106 colegios del Distrito no es de ahora y se da año tras año por pura negligencia y falta de PLANEACIÓN. Esa delegación le corresponde a Secretaria General y quien sube los pliegos es la Unidad Asesora de Contratación -UAC- que a la fecha parece nos los ha publicado. ¿Qué dice Ordosgoitia?
La Secretaría de Educación Distrital, que ha oficiado recurrentemente a General desde noviembre, no tiene delegación sobre el tema, sin embargo, como corresponde, parece que es el la única que está dando la cara. En declaraciones a la prensa, el alcalde interino Sergio Londoño dijo que el Concejo de Cartagena De Indias se «demoró varios días aprobando las vigencias futuras». Pues debieron haberlas pasado desde junio de 2017 para no estar en estas afugias administrativas.
El servicio de vigilancia contratado en 2017 es quizá el más costoso del país, ¡$22 mil millones de pesos! ¿A quién le interesa mantener ese oneroso contrato que firmó el año pasado a la empresa ONCOR, la vulgar administración de Manolo Duque?
El Distrito tiene que activar un plan de choque al menos por dos meses hasta contratar un servicio más económico y eficiente con unas mejores condiciones tanto para el Distrito como para los vigilantes y la comunidad escolar.
La clave en el quehacer de lo público donde todo se hace más lento y engorroso yace en la PLANIFICACIÓN.