En la noche todos los gatos son pardos, tal como la prefabricada manifestación de Gustavo Petro en el parqueadero de Chiquinquirá, donde por más que quisieron darle la connotación de “multitudinaria”, no pasó de una cómoda concentración con muchos invitados de otras latitudes.
Ubicados estratégicamente en el lugar, los seguidores del polémico exalcalde de Bogotá hicieron todo lo posible para que una foto hablara de lleno a reventar, pero solo se trató de lo que se conoce como un “lleno fofo”, pues la tarima y el área VIP copaban en alto porcentaje el espacio, con el mismo propósito propagandístico de ilusionar un lleno.
Petro trató de disfrazarse de costeño al lucir un sombrero vueltiao, pero todos saben que desde que muy niño se fue a su Zipaquirá del alma, y desde siempre abandonó las costumbres y cultura caribeña.
En su discurso apeló a los lugares comunes de la crítica, pero sin explicar el fracaso de su gestión en Bogotá, su apoyo al régimen chavista que ha llevado a Venezuela al desastre, y al trasfondo despojador de sus políticas económicas.