Por John Zamora (Director Revista Zetta).- Frío, frío, como el agua del río, está un grupo de candidatos a la Alcaldía de Cartagena, que deberán ser imaginativos y convincentes para no llegar como cubetas al 6 de mayo.
Hay un dúo que está caliente caliente, caliente, y así vienen desde las elecciones pasadas, y entre esos dos grupos hay un candidato tibio, que tiene que moverse muy bien para elevar su temperatura, pues corre el riesgo de congelarse.
Los “fríos” despiertan el mismo entusiasmo que una partida de ajedrez por televisión; nada dicen aunque hablan mucho; y lo que generan es un cúmulo de incógnitas: ¿podrá creérsele a un neo converso febril? ¿a un caminante de barriada? ¿a un pichón de canario? ¿al anonimato deseoso de fugaz vitrina?
El “tibio” es un carbón ígneo, con toda la ardentía, pero la yesca no prende.
Los “calientes” lo están tanto, que el que pierda se quema.
El que mejor prenda el ambiente, el que sea más cálido con la opinión, el que abrigue mejor a una plataforma, el que tenga la chispa adelantada, el que tenga el combustible, el que arda en un mensaje claro, ese ganará.