Por John Zamora (Director de Revista Zetta).- La segunda vuelta presidencial nos pone frente a dos opciones este domingo 17 de junio, que representan un modelo de país y un modelo de futuro bien distintos. Creo que la única opción seria y digna es la de Iván Duque.
Es seria porque plasma un programa de gobierno aterrizado, ambicioso, incluyente, integral y avanzado, expuesto con claridad de argumentos.
Es digna porque le devuelve el país a la ciudadanía, no le hace pleitesía a la impunidad ni se arrodilla ante los violentos, entroniza la justicia y privilegia el futuro para las nuevas generaciones.
Iván Duque ha hecho campaña con total decencia, sin insultos, sin trampas intelectuales, ni rectificaciones acomodaticias y circunstanciales; por ejemplo, desde un principio dijo “ni trizas ni risas” para referirse a los ajustes que urgen en el acuerdo de paz con los terroristas de las Farc. Compitió con juego limpio en su nominación interna del Centro Democrático, acudió a todos los debates de la primera vuelta, dejó en claro que es el estadista que reclama el actual tiempo del país, contrastó sus tesis con solvencia intelectual, y se encamina a la Casa de Nariño para reordenar a una Colombia frustrada por ocho años de fracaso santista, una bandera que hoy nadie ondea.
La otra opción es retrógrada en su concepción ideológica, peligrosa para cualquier democracia porque encubre apetitos dictatoriales, es excluyente y revanchista, de comprobada ineptitud administrativa, proclive a la corrupción, alocada en lo económico, y encubridora de un pasado salpicado de fuego y sangre.
Colombia no se equivocará y saldrá a votar mayoritariamente por Iván Duque; es lo mejor que le puede pasar al país en todos los órdenes: político, económico, cultural, política exterior, agro, ecología, minería responsable, deporte, mujer, minorías, regiones, pero sobre todo es lo mejor para nuestros hijos. A la otra opción no le confiaría ni el cuidado de una mascota.
Colombia votará bien, Colombia votará por Iván Duque.