Carrera por la Alcaldía: García Tirado y el síndrome del “ciclista en fuga”

Por John Zamora (Director de Revista Zetta).- Vimos a Quinto Guerra desprendido del lote por dos años, cruzando en solitario los puertos de montaña, pero al llegar el “sprint” final, fue rebasado por Manolo y muy cerca le llegó Pecas Betancourt.

En la carrera 2019, el ciclista en fuga es William García Tirado, con estrategia similar a la de Quinto. En su pedalear ya habla como alcalde y dice “¡no más peajes! “¡no habrá Quinta avenida de Manga!”, ¡“La avenida del Lago tendrá tres carriles de ida y tres de venida! -(¿Pavimentando el caño?)-… le ha faltado decir “¡agua gratis!, pero no demora… Ya habla en un tono pre-gubernativo, que no es gratuito.

En el ciclismo, para que una fuga se consolide se necesita que el fugado tenga buenas piernas, y también que en el lote no se pongan de acuerdo para la persecución… y eso es lo que está pasando. A seis meses de octubre, no hay otro precandidato que esté marcando el paso. La razón es sencilla: todavía no es tiempo, pero ya casi.

WGT debería saber esto, pero no se nota. Anda ya con toda la parafernalia de un candidato opcionado, con súper sede, súper comité de avanzada, súper asistentes que le toman sus llamadas, y súper secretos (dice que hay cuatro partidos políticos que se pelean por darle aval); solo le falta el bastón de mando y la banda cruzada… ah.. y salir elegido (pequeño detalle).

La ciudad política verá una nueva carrera después de Semana Santa, cuando se sepa realmente quiénes son los que son. Se sabrá quién tiene la cadencia en los pedales para marcar el ritmo y llegar triunfante a las elecciones, o si no hubo quien liderara el lote, dejando todo servido para WGT.

Un ciclista que venía pedaleando sin equipo, y que llegó de tercero hace cuatro años y de segundo en las atípicas de 2018, es Andrés Betancourt, a quien en esta ocasión parece que se lo llevó el “carro escoba”. El haber aceptado un contrato con la Presidencia que le obliga a estar en Bogotá es interpretado como un retiro de la competencia. “El que tiene tienda que la atienda”, y Pecas cerró el “chuzo” y se fue a la Casa de Nariño.

Andrés Betancourt en Bogotá, su nuevo lugar de trabajo.

“Fer” tiene con qué pedalear

Con un “maillot” de similares colores a los de Pecas surge Fernando Araújo Perdomo, de quien se espera sea un fuerte candidato a disputar la supremacía circunstancial de WGT. “Fer” ya comenzó a visitar barrios, ya hizo encuestas, ya tiene montada estrategia, ya tiene sede administrativa y tiene todos los signos de un candidato fuerte. Tiene vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien ha venido pedaleando delante de él, como buena coequipera. También tiene a su hijo Fernando Nicolás Araújo como senador estrella del Centro Democrático, cercano a Álvaro Uribe y al presidente Iván Duque. Además, tiene familia con numerosas inversiones en Cartagena y el exterior, así que no tendría problemas financieros para encarar la campaña. Y tiene recorrido político en el partido Conservador. Así que tiene con qué pedalear. Solo le falta pueblo.

Fernando Araújo ya está visitando barrios.

La contrarelojera

A Yolanda Wong la ven pedaleando. Dicen que pondría un paso infernal, de contrarelojera dura, y llegaría embalada a la meta. Pero temen un “pinchazo” en la normatividad de inhabilidades y en que detrás de sus pedalazos ande la Procuraduría. Así que muchos la buscan para que pedalee como jefe de debate, cual Winner Anacona con Nairo Quintana.

Yolanda Wong es muy popular en las redes sociales.

Los de las firmas

Están en competencia los candidatos que vienen recogiendo firmas, todos con mucho entusiasmo, pero sin que alguno represente de momento la “polenta” para la persecución individual.

Claudia Fadul no debe depender de que Sergio Fajardo venga a levantarle lo brazos. No. Debe tener autonomía de vuelo porque una cosa es la imagen –positiva y negativa- que pueda tener el exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, y otra distinta es conquistar el corazón del pueblo cartagenero.

Jaime Hernández Amín tiene una propuesta refrescante, innovadora, práctica y aterrizada, pero ello no implica aceptación popular. Podría resultar “líder de los jóvenes” y seguir pedaleando en la carrera del 2023, si no resulta la del 2019.

Juan Conrado Ovalle es seriedad. Si la ciudad quiere un alcalde serio, preparado y con experiencia, ahí está. Pero el vulgo no “come” de seriedad sino de otras prácticas… además, deberá encontrar la forma de comunicar y calar entre el pueblo, porque estos es con votos y no con buenos conceptos.

Domingo Puello Ripoll también está recogiendo firmas, pero con el pálpito que no llegará a octubre.

Jaime Hernández Amín recoge firmas con «Cambiemos»

Claudia Fadul es Compromiso Ciudadano con Cartagena.

 

Juan Conrado es Equipo Acción Heroica por Cartagena.

El “grupetto”

En el lote hay un “grupetto” de variopintas camisetas, unos con más egolatría que propuestas, otros con más romanticismo que vanidades, donde aparecen Johny Puente, Dionisio Miranda, Édinson Lucio, Nausícrates Pérez (que sí está aspirando, aunque lo había negado por mucho tiempo), Ramiro Cuadro, Germán Viana, Alcides Arrieta, Julio Carrascal y Jorge Cárcamo. Tienen que ponerse de acuerdo y definir cuál de ellos será el candidato, lo que dado el tamaño de los egos, resultará todo un deleite. Puede que alguno de ellos tenga discurso, pero será muy difícil que tengan votos si no le bajan la dosis al ego-mesianismo, algo distintivo de muchos dirigentes de izquierda.

Jorge Cárcamo.

Aval de la izquierda

De los candidatos que tendrán aval de partido político están Nabil Báladi por Polo Democrático y Armando Córdoba por Alianza Verde.

Nabil debería registrar mucho en las encuestas, pues lleva varios años apareciendo en pantalla en su Canal Cartagena, con mayor énfasis en estos meses. Si no registra, maluco el bejuco. A nadie le ha sorprendido que quiera aspirar pues siempre se ha distinguido por su visión crítica de la ciudad, pero lo que si sorprendió es que el aval venga del Polo… todo un “Báladi – Gedeón” de Bocagrande, andando con la flor de la izquierda en Cartagena… para que veamos que las ideas no tienen frontera social…

Armando Córdoba es un joven de barrio y aunque la camiseta sea verde, su corazón está en la Colombia Humana de Petro. Primero deberá poner de acuerdo a sus dialécticos copartidarios que le otorguen el aval, y luego sí pedir el voto ciudadano.

A Armando Córdoba y Claudia Fadul se les puede aconsejar lo mismo: que no crean que porque Gustavo Petro o Sergio Fajardo vengan a levantarles el brazo, ya tienen un pie en el Palacio de la Aduana.

Nabil Báladi en una reunión con sindicatos.

Armando Córdoba con Antanas Mockus.

El uribismo

Igual le pasará al candidato que resulte del curioso proceso del Centro Democrático. Hay cuatro precandidatos -que ni los mismos uribistas conocen- acudiendo a foros para decidir quién tendrá el aval. (Minerva Romero Julio, Gabriel Rodríguez Osorio, Ambrosio
Fernández y Francisco Hernández). Ni  si el mismo Uribe viene a levantarle el brazo adquirirá de súbito la popularidad necesaria para dar la pelea. En otras palabras, no pasará nada con el candidato que tenga aval del CD, lo que confirma que todos los caminos conducen a Fer…

En estas competencias siempre queda un remanente y es el “candidato desconocido”, aquel que surge a cuatro meses y se toma el protagonismo… como pasó con Manolo… claro que esta vez tiene que ser diferente, si es que existe.

Ambrosio Fernández, Francisco Hernández, Minerva Romero Julio y Gabriel Rodríguez Osorio