Por Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- En Estados Unidos, en Europa, en Asia, en África, en Centro América, países pobres, países desarrollados. De todos los tipos hoy en día se están pasando a la energía solar para iluminar sus calles, avenidas y monumentos, no cuesta un centavo, no contamina, le ahorramos a la atmósfera millones de toneladas de C02 anuales y es más eficiente. ¿Quien quiere más?
Se destapan todos los días en Cartagena «embolaos» de los negocios que han hecho y que quieren seguir haciendo particulares que no han sido los más beneficiosos para la salud financiera del Distrito.
Ahora el tema es con la concesión del alumbrado público, y que insiste nuevamente nuestro cada vez más desdibujado Alcalde Pedrito. Y no es que no nos caiga bien Pedrito, pero lo que sí está claro es que cada día nos gusta menos.
Llevar la situación de la prórroga de la concesión del alumbrado público al nivel en que se encuentra en estos momentos nos deja con el mal sabor de la trampa preparada para que por descarte la única opción sea prorrogar o prorrogar, ese es un problema que tienen muchos de los dirigentes con que contamos en la ciudad y es que viven en un universo donde solo tienen ojos para mirarse el ombligo, no saben lo que está pasando en el resto del mundo ni en ciencia ni en tecnología y si por error llegan a enterarse piensan que eso está sucediendo en otro planeta pero no en la tierra donde se encuentra Cartagena.
Y tienen en la mente metido el tema de que estamos a años luz de esos países, que somos diferentes, que somos tropicales, en fin que no podemos enderezar las cosas, que todo tiene que seguir así.
A estos dirigentes y al mismo William Murra, quien lleva la interventoría por parte del Distrito, hay que decirles que existe hoy en día algo que se llama luces de alumbrado público solares, si señores, lámparas para alumbrar las calles y que funcionan con la energía del sol, limpia, inagotable y gratis.
Y no solamente para las luminarias de las calles y avenidas,también para todos los monumentos históricos de la ciudad,Cartagena es una ciudad solarmente privilegiada, tenemos sol de 6 a 6, doce horas diarias, ese es un regalo de Papá Dios que hay que aprovechar para no seguir botando los recursos públicos en negocitos de particulares y puedan canalizarse esos dineros en proyectos que la ciudad necesita con extrema urgencia.
No solo se van a ahorrar miles de millones si no que se convertiría Cartagena en una ciudad pionera de Colombia en dar ese paso necesario y urgente al uso de energías limpias, y algo que le cambiaría la cara a la ciudad porque desaparecería el cableado aéreo feo, de mal aspecto.
Estas luces solares pueden garantizar 72 horas de iluminación en caso que, por ejemplo, estuvo lloviendo y no salió el sol en 5 días, caso que sería extraño en nuestra ciudad.
No veo razón alguna por qué desechar un recurso que es gratis y limpio como el sol por una concesión costosa, sucia, fea y obsoleta.
A estos eran los goles a los cuales se refería el procurador Fernando Carrillo que usualmente meten las administraciones cuando van de salida, en su agonía y a punto de terminar mandato hacen negocios extremadamente perjudiciales para la ciudad y viéndonos la cara de tonto a todos.
Pedrito que se vaya a jugar un partido de fútbol el 2 de enero y le deseamos que meta muchos goles, pero al equipo contrario, en franca lid pero por favor no nos meta este tipo de goles a los cartageneros que de verdad el fastidio con estas acciones mezquinas es general, hágale la lectura a lo que se votó el 27 de octubre y si realmente tiene aspiraciones políticas a futuro, por lo menos en Cartagena, juege limpio y salga de allí con una sonrisa y con la frente en alto, no agachado y escondiéndose porque nos hizo tragar ese sapo gigantesco de la prórroga del alumbrado público que no nos da la gana de tragárnoslo.
Pero usted insiste, pare allí, ¡no prorrogue esa vaina! O bueno si, prorróguelo pero por 6 meses
Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y con mucho gusto les responderé
¡Un abrazo!
Álvaro Royo Bárcenas
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