(Revista Zetta 20 años).- Curazao es como la mitad de Cartagena en tamaño y ni siquiera tiene el 20% de su población. A semejanza de nuestra ciudad, tiene puerto, refinería de petróleo y mucho turismo. A diferencia de la Heroica, allá si impidieron el desembarco de un crucero donde estaba comprobada la presencia de coronavirus.
En Cartagena de Indias se registró el cuarto caso de coronavirus en Colombia, una señora de 85 años que venía en un crucero, el mismo donde todos sus demás ocupantes bajaron, pasearon, se tomaron fotos, departieron con guías y vendedores ambulantes. Presentaba vómito y diarrea, fue llevada en ambulancia a Medihelp, donde la prueba de coronavirus resultó positiva.
Mientras eso ocurría, la ciudad seguía como burbuja ante el coronavirus. En China levantaron hospitales en días, en Italia tuvieron que cerrar el país, en España cancelaron el fútbol y los toros, en EEUU el presidente Trump ordenó cerrar cielos a Europa, Disneyland cerró… pero en Cartagena de Indias ninguna autoridad tomo decisiones, salvo la recomendación de lavarse las manos. El Festival Internacional de Cine en su aniversario 60 levantó el telón y siguió su programación inalterada, con todos sus invitados –muchos de ellos europeos- (vaya usted a saber si hicieron cuarentena) y las decenas de aficionados locales.
El miércoles 11 de marzo, el presidente Iván Duque declaró la emergencia sanitaria nacional. Dijo que se cancelaban reuniones de más de 500 personas. El FICCI limitó su aforo a 400. El alcalde William Dau no sabía qué hacer, hasta se retiró de una rueda de prensa porque tenía “compromisos en su agenda”. El director del DADIS, Álvaro Fortich, no es que le ayudara mucho. El capitán de puerto, Jorge Uricoechea, navegó en en nebulosas y solo acertó al declarar la cuarentena para todo crucero que intentara llegar a Cartagena, fuera de la bahía.
Solo este viernes hubo cierta claridad. El alcalde expidió el decreto 0495 donde limitó a 50 personas el número máximo para reuniones, lo que significó la cancelación de FICCI.
Desde que se supo del coronavirus en el mundo, desde que se supo que llegó a Colombia, desde que se supo que un crucero con gente infectada pudo pasearse por nuestra ciudad, no se sabe si las autoridades de Cartagena recordaron que fue en esta ciudad, por su condición portuaria, que se presentó el primer caso en Colombia de otra enfermedad que se adquiere por contagio: el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida, SIDA. Así se le conocía 36 años atrás, aunque después se le pudo precisar como VIH.
Cartagena no aprendió, no se acordó o no quiso hacer nada, pero esto fue lo que pasó:
En Cartagena fue detectado el primer caso de sida, el 22 de marzo de 1984, cuando el Hospital Universitario dictaminó la causa de muerte de Marlene Benavides, una paciente que tenía “una enfermedad difícil de diagnosticar”, según el médico Arístides Sotomayor. La señora ejercía la prostitución en los alrededores del terminal portuario de la ciudad y en ocasiones era llevada a los buques mercantes que atracaban en la bahía. Se presume que se contagió a través de un marinero.
“Sífilis, tuberculosis, diarrea crónica, ganglios inflamados y desnutrición por un hongo que le impedía comer, eran los síntomas”, los cuales comenzaban a ser descritos en esos años por la literatura médica como los típicos de los enfermos de Sida. Los médicos del Universitario se basaron en la literatura para hacer el diagnóstico. Desde entonces y con base en los factores de vulnerabilidad, se pensó que estaría expuesta a una epidemia de dimensiones catastróficas. En el 2005 murieron 85 personas por la enfermedad.
((https://www.semana.com/on-line/recuadro/el-primer-caso/129191-3 ))