Por Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta 20 años).- (Xiamen – China).- Un estudio y diagnóstico con recomendaciones para una ciudad que venga del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) es el equivalente a un documento para la salud de los pulmones expedido por una compañía tabacalera.
Estuve revisando el documento Cartagena sostenible 2033 resilente, incluyente y competitiva, un documento patrocinado por el BID, el Ministerio de Hacienda y Findeter, podríamos dividirlo en dos partes para analizarlo, una parte útil donde están todos los estudios y datos necesarios para poder plantear soluciones que puedan impactar la ciudad positivamente, datos que a pesar de ser del año 2015, son válidos pero, pero luego vienen los peros.
Los peros inician en la cantidad de recomendaciones al aire para ir concluyendo que los proyectos que ellos recomiendan cuestan tantos billones que por supuesto se los tenemos que prestar a ellos y ya resolveremos nosotros como vamos a pagar.
Nos hacen la tarea, que no nos ha dado la gana de hacerla a nosotros, y cuando uno deja que le hagan la tarea va a responder a intereses ajenos, sus recomendaciones y datos para inversión siempre tienen los ingredientes necesarios para que sus negocios prosperen, y la mayoría de las veces en detrimento de los verdaderos intereses de la ciudad.
Sus estudios son interesantes, pero sus conclusiones direccionadas no tienen nada que ver con lo que está sucediendo en el mundo actual, de cómo realmente se financian las obras de infraestructura en los países que si están avanzando hoy en día y que descubrieron en esas fórmulas la manera de NO estar pagando intereses y de comprometer sus recursos por décadas y frenar su verdadero desarrollo.
Cartagena, una ciudad asentada sobre terrenos que valen millones de dólares y con potenciales compradores y desarrolladores de proyectos de todo el mundo no necesita, no tiene que prestar ni comprometer sus recursos, tiene que generar ella misma su desarrollo, y ¡tiene como y con qué!
Los constructores en Cartagena tienen que dejar la mentalidad absurda de comprar lotecitos a precio de gallina flaca para elevarse el mayor número de pisos y sacar el mayor dividendo posible, eso ni es urbanismo ni un carajo que se le parezca como tampoco es una actitud acorde con los intereses de la ciudad.
Muestran y sacan pecho orgulloso estos constructores mostrando sus edificios para construir sobre la misma malla vial, con las mismas redes de servicios públicos y para terminar de jodernos a todos sin parqueaderos porque la famosa norma de las VIS se lo permite. Si la norma les permitiera salir a matar ciudadanos a balazos los vería uno por allí disparando a todo el que se les cruce, solo porque la bendita norma se los permite.
Y si el POT (Plan de Ordenamiento Territorial) no les permite algo los ves haciendo lobby ante las autoridades babosamente y comprando conciencias para sacar adelante algún plan parcial que les permita defender sus negocios y sus intereses, porque defender la ciudad no está dentro de sus planes ni se les pasa por la cabeza.
El Distrito tiene que pensar que las entidades del estado tienen que ponerse al servicio del desarrollo creando proyectos que produzcan esos recursos que permitan financiar las obras de infraestructura urgente, necesaria y vital que estas a su vez potencialicen la llegada de nuevos actores que creen el espiral de desarrollo imparable y que va a tocar positivamente a todas las capas del tejido social de la ciudad.
Como haríamos para hacerles entender a los constructores, arquitectos e ingenieros que la ciudad no se puede seguir desarrollando de lotecito en lotecito, deben ellos levantar la voz de una buena vez para que no se siga haciendo, no es viable, no es bueno, están devaluando a Cartagena volviéndola día a día mas caótica, ¿es que no se dan cuenta?
¿La Alcaldía? Pues la Alcaldía a través de los años y desde siempre se ha comportado como el personaje que solo presta para gastar y se endeuda sin pensar o preocuparse como va a pagar porque ya eso le tocará a otro los próximos 4 años.
Miren por favor lo que está pasando en el mundo, las obras de infraestructura se financian con obras, no con créditos, los dueños de la tierra en la ciudad deben ser parte activa del negocio, jamás expropiados, un proyecto para la ciudad se debe concebir como un negocio, un negocio a tres bandas entre la comunidad, el Distrito y la empresa privada, donde los beneficiarios serán 3 y no uno, esta ecuación no necesita créditos por parte del Distrito.
¡Y que el BID preste dinero, sí, pero a la empresa privada!
Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y con mucho gusto les responderé,
¡Un abrazo!
Alvaro Royo
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