El mundo taurino está sumido en un profundo dolor al conocerse el temprano fallecimiento del matador alicantino José Mari Manzanares, figura cumbre de la tauromaquia de final del siglo XX, amo de un temple y un arte sin igual.
La Revista Zetta extendió un abrazo de solidaridad a sus hijos, el matador José María Manzanares, y al rejoneado Manuel Manzanares, herederos de una tradición taurina de campanillas.
El féretro de José María Manzanares fue llevado de Cáceres, localidad donde está la finca familiar donde falleció, a Alicante, su ciudad natal, donde se instalará la capilla ardiente. El torero recibirá el último homenaje de sus paisanos durante todo el día. El entierro se celebrará en la concatedral de San Agustín de la capital mediterránea el jueves a las 11:00 de la mañana. A continuación se le dará santa sepultura en el pateón familiar.
El maestro José María Dols Abellán, conocido como José María Manzanares padre, murió este martes a los 61 años de edad. El deceso ha sucedido en su propia finca, situada en la provincia de Cáceres. Allí ha sido encontrado sin vida tras haber despedido el lunes a su hijo, que partió para México.
Manzanares nació el 14 de abril de 1953 en Alicante. Debutó como novilero el 24 de mayo de 1970 en Benidorm (Alicante). Al año siguiente tomó la alternativa el 24 de junio de 1971 en Alicante, de manos de Luis Miguel Dominguín y con El Viti como testigo. Confirmó alternativa en Las Ventas el 18 de mayo de 1972 con Palomo Linares como padrino de ceremonia y con el mexicano Eloy Cavazos de testigo.
En su nutrida y muy destacada carrera hubo varias retiradas y reapariciones, aunquese cortó la coleta de forma definitiva el 1 de mayo de 2006 en La Maestranza. Fue su hijo, José María, quien realizó este acto antes de que su padre fuera sacado en hombros del toreo por la plaza sevillana, que siempre le tuvo por torero querido y especialmente admirado.
Precisamente, el propio José María Manzanares hijo ha recibido esta noticia a su llegada a México (donde torea este domingo).