Los tremores de octubre

Por Miguel Raad Hernandez. / Cartagena, octubre 30 de 2014.

A propósito de los recientes temblores generados por el volcán CUMBAL en Nariño, Colombia, y por el volcán KILAUEA en Hawai, Estados Unidos, se me ocurre la idea de trasladar los estremecimientos sísmicos al terreno de la política regional y local en nuestro país. Verdadera actividad sísmico-política se vivió en todo el mes en las principales ciudades y en los Departamentos, por cuenta que el 25 de octubre fue la fecha límite para no inhabilitarse quienes tienen aspiraciones a cargos de elección popular dentro de un año.

Por todo el país se vivió una avalancha de renuncias de funcionarios públicos de todos los niveles y proliferaron los anuncios de haber sido requeridos por sus seguidores para servir desde una Gobernación, Alcaldía, diputación, concejalía o hasta como edil de su localidad. Algunas de esas renuncias implicaron desconocer mandatos electorales recientes, como el caso del congresista Jair Acuña, quien renunció a su curul en la Cámara de Representantes, en la que se posesionó hace apenas tres meses para un período de 4 años, con el fin de aspirar a la Gobernación de Sucre. Me pregunto si esta actitud de Acuña no es una burla al elector y a la institucionalidad colombiana. O también, si no es un acto de soberbia y desenfado políticos con un raro mensaje de «todos me importan un bledo» y «yo soy el rey en Sucre».

Pero en Bolívar y en Cartagena, que no es territorio sísmico sino de mares de leva y coletazos de huracán, también hubo renuncias significativas como la de Carlos Félix, Presidente de la Asamblea Departamental y sus compañeros de directiva. Sin embargo esta resultó un falso positivo aspiracional, pues parece que no fue bien consultada con sus jefes de la casa García y tampoco con su familia, pues su hermano desde la Contraloría de Cartagena lo inhabilita y no renunció. Error de cálculo de este dirigente que puede ser costoso para su carrera porque lo deja 4 años sin credencial.

Secretarios de Despacho, Directores de departamentos Administrativos, Gerentes de Fondos de Pensiones, etc., también cambiaron el confort y la seguridad de sus cargos por la intemperie y los trabajos de una aspiración. Llaman la atención las renuncias de DUMECK TURBAY el buen Director de Iderbol, Yolanda Wong, de Pensiones del Departamento, Oscar Marín, también de Pensiones en el Distrito. El primero anuncia su aspiración a ser el continuador de la obra de su Jefe El Gobernador Gossain; la segunda quiere ocupar la curul que hoy ostenta quien fue su pupilo, el Concejal William Pérez; y el tercero, Marín, quiere integrar la lista al Concejo que, según dicen en los corrillos, llevaría el Alcalde Dionisio Vélez y, si no llevare una lista, por lo menos dicen que llevará candidatos porque quiere ser nuevo Jefe Político.

Pero a estas alturas ninguno de los renunciantes la tiene fácil. La aspiración de DUMECK tiene francotiradores desde las huestes de William Montes y su esposa, la Representante Marta Curi quienes, según repiten sus propios amigos, dicen que nunca votarán por Turbay. Por qué tan terminantes en su expresión?. Vaya Usted a saber. Por otro lado, aunque es improbable que Juancho García quiera llevar candidato propio dadas las circunstancias, aprovecha junto con el ex- senador Vicente Blell para tratar de revivir las antiguas alianzas de Montes, Blell , García y Cáceres para ganarse la gobernación con un candidato de sus entrañas. También hay que tener en cuenta que estos protagonistas del poder ayer, son los titiriteros de hoy en cuerpos ajenos. Algunos, como el muy sagaz Vicente Blell, es hoy el factótum en Bolívar en dos partidos distintos: el Conservador donde la bella Nadia, su hija, es la actual y única senadora BOLIVARENSE,y Cambio Radical, donde Vicentico, su hijo y actual Presidente del Concejo de Cartagena, es gran elector. Nada le impide llevar listas a Concejo y Asamblea en ambos partidos, o imponer candidato a Gobernación o Alcaldía. Qué tal la audacia?.

En el entre tanto, sería bueno que las nuevas generaciones de dirigentes, por fuera del tinglado descrito, empiecen a señalar diferencias. Por los viejos lares no se oyen  propuestas más allá de componendas y mecánica electorera, la misma que nos tiene donde estamos. Nos gustaría ver proyectos nuevos que privilegien la visión de ciudad, en lo local, y los planes para nivelar la calidad de vida en la provincia BOLIVARENSE, pobre y muy lejos aún del desarrollo y la equidad social.  Es inaplazable, si no queremos seguir viendo El Progreso desde lejos, en las ciudades y departamentos de nuestros vecinos y del interior del país.